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Pregunta: "¿Dónde estuvo Jesús durante los tres días entre Su muerte y Su resurrección?"

Respuesta:
Después que Jesús dijo "Consumado es" en la cruz, "inclinó la cabeza y entregó el espíritu" (Juan 19:30). Su cuerpo muerto permaneció en la cruz hasta que lo bajaron y lo pusieron en una tumba cercana (Juan 19:40-42). Su espíritu, sin embargo, estaba en otra parte. Tres días después, Su cuerpo y Su espíritu se reunieron y resucitó de entre los muertos (Juan 20). Se ha especulado sobre dónde estuvo Jesús -es decir, dónde estuvo Su espíritu- durante los tres días que transcurrieron entre Su muerte y resurrección.

La más clara indicación que tenemos en las Escrituras de dónde estuvo Jesús entre Su muerte y resurrección proviene de Su conversación en la cruz con uno de los ladrones crucificados junto a Él. El ladrón creyente le pide que se acuerde de él cuando Jesús llegue a Su reino (Lucas 23:42), y Jesús le responde: "Te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso" (versículo 43). Así que, después de Su muerte, Jesús fue al lugar de bendición donde está Dios: el cielo. Y allí fue también el ladrón creyente.

En el debate sobre dónde estuvo Jesús durante los tres días que transcurrieron entre Su muerte y resurrección, con frecuencia se menciona otro pasaje. Primera de Pedro 3:18-20 dice: "Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu; en el cual también fue y predicó a los espíritus encarcelados, los que en otro tiempo desobedecieron, cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé, mientras se preparaba el arca". Algunos interpretan esto como que Jesús, en algún momento entre Su muerte y resurrección, fue al infierno/Hades e hizo un anuncio especial a los "espíritus" encarcelados allí. Según esta interpretación, los espíritus a los que Jesús se dirigió podrían ser demoníacos o humanos.

Si los espíritus que se mencionan en 1 Pedro 3:19 son ángeles caídos, entonces esos espíritus probablemente fueron encarcelados porque estuvieron involucrados en un pecado grave antes del diluvio en tiempos de Noé—Pedro menciona el diluvio de Noé en el versículo 20. Pedro no nos dice lo que Jesús proclamó a los espíritus encarcelados, pero no pudo haber sido un mensaje de redención, ya que los ángeles no pueden salvarse (Hebreos 2:16). Si se trataba de ángeles caídos, lo que Jesús proclamó posiblemente fue una declaración de Su victoria sobre Satanás y sus huestes (1 Pedro 3:22; Colosenses 2:15).

Sin embargo, existe otra interpretación del pasaje de 1 Pedro. En esta interpretación, los "espíritus" son personas que actualmente están en el infierno, pero Pedro no está diciendo que Jesús hizo un viaje especial al Hades/infierno para predicar o proclamar algo. Antes bien, Pedro está dando información explicativa acerca de algo que Jesús había hecho previamente en la historia, es decir, que Él había predicado "en espíritu" a la gente de la época de Noé mientras aún vivían en la tierra. Esa generación malvada escuchó el mensaje, lo rechazó, pereció en el diluvio y ahora está en prisión. La palabra "ahora" en 1 Pedro 3:19 aparece para mayor claridad en la Biblia Amplificada y en la Nueva Biblia Estándar Americana de 1977 y 1995 (solo disponible en inglés), y contrasta con "en otro tiempo" (RVR1960) y "hace mucho tiempo" (NTV) de 1 Pedro 3:20. De acuerdo con esta interpretación alternativa, Cristo fue predicado en los días de Noé mientras aún vivían en la tierra.

Según esta interpretación paralela, Cristo estaba en Noé (espiritualmente) cuando Noé predicó a sus vecinos que estaban condenados. Para explicarlo mejor, he aquí una paráfrasis de 1 Pedro 3:18-20: "Jesús fue condenado a muerte en la carne, pero fue vivificado en el Espíritu (fue por medio de este mismo Espíritu que Jesús hace mucho tiempo predicó a los que ahora mismo están en prisión-aquellas almas que desobedecieron durante el tiempo de la gran paciencia de Dios cuando Noé estaba construyendo el arca)". Según esta postura, Jesús predicó espiritualmente a la gente de la época de Noé, y lo hizo a través del profeta Noé, prácticamente de la misma manera que Dios habla a través de nosotros hoy cuando proclamamos la Palabra de Dios.

Efesios 4:8-10 es otro pasaje que se utiliza en el debate sobre las actividades de Jesús en los tres días que transcurrieron entre Su muerte y resurrección. Citando el Salmo 68:18, Pablo dice de Cristo: "Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad" (Efesios 4:8). La NTV dice que Cristo "se llevó a una multitud de cautivos". Algunos dicen que esto se refiere a un acontecimiento que no se describe en ninguna otra parte de las Escrituras, esto es, que Jesús reunió a todos los redimidos que estaban en el paraíso y los llevó a su morada permanente en el cielo. En otras palabras, después de asegurar su salvación en la cruz, Jesús trajo a Abraham, David, Josué, Daniel, el mendigo Lázaro, el ladrón en la cruz y todos los demás que habían sido justificados previamente por la fe, y los llevó del Hades (la morada de los muertos en general) a su nuevo hogar espiritual.

Otro punto de vista de Efesios 4 es que ascendió a lo alto es una referencia directa a la ascensión de Jesús. Cristo regresó al cielo victorioso, como Dios. En Su victoria, Jesús había derrotado y llevado cautivos a nuestros enemigos espirituales: el diablo, la muerte y la maldición del pecado.

Todo esto es para decir que la Biblia da muy poca información sobre lo que Cristo hizo exactamente durante los tres días entre Su muerte y resurrección. Lo único que sabemos con seguridad es que, según las palabras de Jesús en la cruz, fue al paraíso. También podemos decir con seguridad que, habiendo terminado Su obra redentora, Jesús no tuvo que sufrir en el infierno.

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