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Aristotelismo es el nombre que recibe la filosofía derivada de las obras de Aristóteles, uno de los filósofos griegos antiguos más importantes. La época de Aristóteles difuminó la línea entre los conceptos modernos de "filosofía" y "ciencia". Como resultado, la ética aristotélica adopta el mismo enfoque general que la biología, la física, la política y la estética aristotélicas. Es importante comprender este mestizaje al examinar el legado del aristotelismo y una interpretación bíblica de la obra de Aristóteles.
Aristóteles fue el alumno más famoso de Platón. El enfoque filosófico de Platón incluía el concepto de "formas" y la idea de que una única entidad -el Demiurgo- era responsable de la creación de todo lo demás. Aristóteles suponía que el "movimiento", que para él significaba cualquier forma de cambio, era el resultado de una realidad puramente intelectual y abstracta. También creía que la finalidad, o algún tipo de objetivo final, era inherente a los cambios experimentados por todas las cosas. Finalmente, Aristóteles llegó a la conclusión de que debía existir una causa única, no causada por sí misma, o un "motor inmóvil". Aunque esto tiene algunas similitudes con el Dios del cristianismo, ambos no son ni mucho menos idénticos.
El aristotelismo, tal y como lo practicaron Aristóteles y sus discípulos inmediatos -conocidos como los peripatéticos-, se centraba en un enfoque inductivo del conocimiento. Mientras que Platón intentaba argumentar a partir de verdades lógicas universales hacia aplicaciones específicas, Aristóteles hacía hincapié en el uso de observaciones para construir el conocimiento de verdades universales. Esto es coherente con el aristotelismo, que se centra más en los asuntos prácticos que en las abstracciones.
El planteamiento de Aristóteles se basaba en gran medida en la idea de finalidad, especialmente a través de la analogía de un organismo vivo. Su enfoque de la filosofía presuponía que ciertas facultades son inherentes al alma, del mismo modo que ciertos atributos son inherentes a diversos tipos de animales. Estas características no solo eran inherentes, sino también intencionales. Es decir, que formaban parte del propósito diseñado de esa entidad. Este sentido de la teleología es un aspecto crucial del aristotelismo y sustenta prácticamente todo el pensamiento de Aristóteles.
Aristóteles también sugirió que la cadena de causalidad, desde el primer motor en adelante, estaba en una dirección "descendente", más o menos. Cuanto más abajo en la línea de causa y efecto se encuentra algo, menos "perfecto" es, y menos cambiado, o movido, está. Esta filosofía incluía la creencia de que la Tierra, una cosa drásticamente imperfecta y estacionaria, era el centro inmóvil del universo.
Es importante señalar que la "filosofía" de los antiguos, como Aristóteles, no se limitaba a la lógica, la moral y la ética. También abarcaba los intentos de comprender el mundo natural. Tras la caída del Imperio Romano, el enfoque de Aristóteles se convirtió en la base de la comprensión occidental de la biología y la física. En particular, los supuestos aristotélicos sobre la perfección, las formas, el cambio y el movimiento fueron fundamentales para la ciencia en el Occidente en desarrollo.
Aunque sus conclusiones sobre el mundo natural no estaban, en sí mismas, tomadas de la Biblia, el aristotelismo se prestaba a una teología cristiana clara, racional y sólida. Escolásticos como Tomás de Aquino aplicaron el planteamiento general de Aristóteles para demostrar la verdad y la racionalidad de la cosmovisión cristiana. De este modo, los puntos de vista espirituales predominantes se vincularon a los puntos de vista filosóficos y científicos predominantes.
A finales de la Edad Media, el aristotelismo -en particular en su aplicación a la naturaleza- estaba profundamente arraigado en el pensamiento científico. Su éxito a la hora de explicar las observaciones naturales se vio reforzado por su notable compatibilidad con las verdades bíblicas. La resistencia a los descubrimientos que derrocaban el aristotelismo procedía tanto de fuentes seculares como religiosas. Curiosamente, las fuentes laicas fueron las más ruidosas.
Por ejemplo, aunque el enfrentamiento de Galileo con la Iglesia católica suele pintarse como una batalla de la razón contra la religión, el mayor obstáculo al que se enfrentó Galileo fue científico. Más concretamente, fue una batalla de la ciencia aristotélica contra los nuevos descubrimientos. Las teorías de Galileo contradecían el aristotelismo imperante, lo que provocó la resistencia de figuras seculares y religiosas por igual, ¡pero por motivos científicos! Galileo pasó años debatiendo sus ideas con eruditos y solo fue acusado de herejía tras burlarse tontamente del Papa en sus escritos. El trabajo de Galileo fue el equivalente de un descubrimiento moderno que desafiara seriamente la evolución darwiniana o la teoría del Big Bang; desafiar el aristotelismo en los siglos XVI y XVII no era una tarea menor.
El impacto más significativo del aristotelismo sobre el cristianismo fue indirecto, pero enorme. Los filósofos escolásticos utilizaron el esquema general de la cosmovisión de Aristóteles para explicar, defender y explorar el cristianismo. Su trabajo sentó las bases para el desarrollo de la filosofía cristiana moderna. Por supuesto, la doctrina cristiana no depende, en ningún sentido, de Aristóteles ni de su filosofía. El aristotelismo era simplemente el lenguaje a través del cual hablaban los primeros teólogos racionales, pero no era el origen de sus ideas ni la fuente de su fe.
