Pregunta: ¿Es incorrecto que una niña/mujer cristiana sea marimacha?
Respuesta:
Una marimacha es una niña que participa en comportamientos en los que típicamente solo los niños están interesados y/o viste ropa que no es estereotípicamente femenina. Aunque muchas niñas comienzan siendo marimachas, la mayoría de ellas maduran hacia intereses y comportamientos más típicamente femeninos después de la pubertad. Pero no todas lo hacen. Algunas mujeres continúan prefiriendo carreras y pasatiempos que suelen ser de interés para los hombres. Dado que Dios creó dos géneros con roles diferentes, ¿es incorrecto que las mujeres y niñas cristianas sean marimachas?
Si bien Dios creó dos géneros (Génesis 1:27) con roles diferentes, no respalda necesariamente todas las normas culturales que dictan el comportamiento femenino o masculino en una sociedad. A lo largo de la historia, las mujeres han sido oprimidas, se les ha negado la educación y han quedado prácticamente impotentes, todo en nombre de estándares femeninos. En algunas culturas hoy en día, las mujeres aún no pueden votar, trabajar fuera de casa o buscar una educación superior. Aunque esas culturas consideran que la opresión es normal para las mujeres, Dios no es el autor de eso. Por otro lado, las mujeres que rechazan su feminidad dada por Dios en un esfuerzo por ser masculinas también están saliendo del diseño de Dios.
Hay una diferencia entre una marimacha y una mujer que rechaza su género. Las marimachas generalmente aceptan felizmente su condición de mujeres, mientras exploran intereses que están fuera del espectro típicamente femenino. Una marimacha puede ser una capataz de construcción y aún aceptar plenamente su género, mientras que otra puede vestir un vestido mientras lamenta el hecho de que es una mujer. Desafortunadamente, en la cultura occidental moderna, a las mujeres que siguen siendo marimachas en la adultez a menudo se les etiqueta como "lesbianas" o "bisexuales", cuando eso puede no tener nada que ver con su interés en las cosas "masculinas".
Una marimacha cristiana debe ser consciente del punto de vista de su cultura y tener cuidado de presentarse correctamente. Como cristianos, nuestra primera prioridad debe ser representar bien a Jesús (1 Corintios 10:31). Deberíamos estar dispuestos a limitar nuestras propias libertades para no ofender o enviar el mensaje equivocado al mundo al que estamos tratando de alcanzar (1 Corintios 9:22; Gálatas 5:13). Una mujer que actúa y se viste como un hombre puede estar comunicando un mensaje que no tiene la intención de comunicar. Debería recordar las instrucciones de Dios a los israelitas sobre vestir las prendas del género opuesto (Deuteronomio 22:5). Su razón puede haber sido que quiere mantener una distinción clara entre hombres y mujeres. Él diseñó esos géneros y espera que celebremos la diferencia, no que borremos la línea.
Otro asunto que las marimachas cristianas deberían considerar es el peinado. Algunas mujeres prefieren el cabello corto porque la textura de su propio cabello no es adecuada para llevarlo largo. Sin embargo, la decisión puede tener más significado que la simple preferencia de estilo. Las mujeres cristianas que desean honrar al Señor y a sus maridos deberían considerar orando qué piensa Dios sobre el cabello. Primera a los Corintios 11:15 dice "Mas la mujer, si tiene el pelo largo, es para ella una honra; porque en lugar de velo le ha sido dado el cabello". Esa palabra velo implica una actitud de sumisión al diseño del Señor y a la autoridad de su esposo en el hogar (Efesios 5:23; 1 Corintios 11:3). Cuando una mujer se corta el pelo al ras como en un estilo militar, está quitando lo que Dios dice que es su "honra" y su "cubierta". Una mujer cristiana no necesita tratar de imitar la apariencia de un hombre para mantener su identidad como marimacha. Puede hacer todo lo "marimacha" que necesita hacer y aún parecer una mujer.
Otro aspecto a considerar en cuanto a si es o no incorrecto que una mujer cristiana sea marimacha es su papel en el hogar. Las marimachas pueden ser excelentes esposas y madres. Las madres marimachas pueden ganarse el respeto de sus hijos jugando deportes con ellos y mostrándoles cómo cambiar el aceite en el auto. Una mamá marimacha puede modelar para sus hijas que la feminidad no equivale a la impotencia, ya que utiliza sus dones para hacer reparaciones en el hogar, proyectos de remodelación y administrar un rancho si es necesario. Las esposas marimachas deleitan a sus esposos al unirse a ellos para animar a sus equipos deportivos favoritos o proporcionar compañía en viajes de caza y pesca. Un hombre que se casa con una marimacha la elige por esas características, por lo que no está desafiando su rol dado por Dios al desarrollarlas.
Sin embargo, una marimacha puede sentirse tentada a usar esa identidad como una excusa para descuidar sus roles más importantes. Aunque ninguna mujer tiene que casarse, las que lo hacen deberían considerar cuidadosamente el papel que están eligiendo. Ser marimacha no cancela el mandato de Dios de que las mujeres sean "responsables de sus hogares" (Tito 2:5) y se sometan al liderazgo de sus maridos (Efesios 5:22; Colosenses 3:18). Ser marimacha no libera a una mujer de su responsabilidad de desarrollar un "espíritu apacible y tranquilo, que tiene un gran valor ante Dios" (1 Pedro 3:4). Tener un espíritu manso y tranquilo no tiene que ver con la personalidad. Todos los tipos de mujeres con diferentes temperamentos pueden desarrollar este espíritu manso y tranquilo ante el Señor. Este tipo de espíritu tiene un gran valor para Dios porque es un indicador de que esta mujer, su hija, ha aceptado a la persona que Él creó para ser ella y está dispuesta a someter su propia personalidad a Su control. Nada lo complace más (1 Corintios 7:32-34).
Entonces, aunque no es incorrecto que una niña o mujer cristiana sea marimacha, debe tener en cuenta que ella es, en primer lugar, cristiana y, en segundo lugar, mujer. Dios la creó mujer con un propósito. Una mujer puede rechazar el propósito de Dios e intentar forjar su propio camino, o puede abrazar ese propósito y someterse a él. Eso puede significar que ella es una madre en el hogar de cinco hijos, o que es una piloto de aerolínea. Siempre que ella mantenga su identidad en Cristo como su principal motivación, Él le dará los deseos de su corazón (Salmo 37:4).
