GotQuestions.org/Espanol




Pregunta: ¿Qué es el cristianismo sin Cristo?

Respuesta:
Christless Christianity: The Alternative Gospel of the American Church es un libro de 2008 de Michael Horton en el que sostiene que la iglesia estadounidense se encamina hacia una versión del cristianismo que acepta con entusiasmo la oferta de salvación de Cristo, pero la considera un beneficio más en una vida dedicada a perseguir el Sueño Americano. El cristianismo sin Cristo es una forma de religiosidad que elimina los difíciles términos del discipulado y solo abraza los elementos de la Biblia que la carne encuentra agradables. En muchos aspectos, el cristianismo sin Cristo se parece a lo que otros han denominado deísmo terapéutico moralista, la creencia de que ser "bueno" o "agradable" es todo lo que se necesita para agradar a Dios: la obra de Cristo es innecesaria.

El cristianismo sin Cristo es una versión diluida del cristianismo que está sustituyendo rápidamente a la pureza doctrinal, mientras profesa ser bíblico. El cristianismo sin Cristo presenta la Biblia como si fuera una colección de fábulas de Esopo: un montón de historias sin relación entre sí con una bonita moraleja al final de cada una. Tal enfoque ignora el gran tema de las Escrituras—la redención de la humanidad pecadora por parte de Dios—y la centralidad de Cristo en las Escrituras. En lugar de crear discípulos que se nieguen a sí mismos (Mateo 28:19), el mensaje del cristianismo sin Cristo crea adeptos que son "amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella", como dice 2 Timoteo 3:4-5.

La Biblia advierte que, a medida que la historia se acerca a su fin, gran parte de la oposición a la verdad no vendrá de fuera de la Iglesia, sino del interior de sus filas (2 Pedro 2:1-2; Hechos 20:29-30). La oposición externa suele ser fácil de identificar como enemigo. Pero el peligro interno es como la podredumbre, que puede no manifestarse externamente durante algún tiempo; cuando la podredumbre por fin se hace notoria, ha destruido lo que antes era sólido. El cristianismo sin Cristo es podredumbre interna. Trata de utilizar el nombre del Señor Jesucristo como medio para superarse a sí mismo. Convierte Su Iglesia en poco más que una plataforma para seminarios de autoayuda y mensajes de autoafirmación. En el corazón del cristianismo sin Cristo está la adoración de uno mismo, disfrazada con trozos de versículos bíblicos para que parezca espiritual.

Muchas iglesias evangélicas actuales se están acercando a adoptar un cristianismo sin Cristo. Dado que "la palabra de la cruz es necedad para los que se pierden" (1 Corintios 1:18, NBLA), algunos líderes de iglesias restan importancia a la cruz. En un esfuerzo por ser "amigables con los visitantes", algunos pastores suelen hablar de "Dios", pero rara vez discuten la persona y obra de Jesucristo. Cuando se menciona al Señor Jesús, se le presenta simplemente como el billete para la bendición de Dios para nuestras vidas terrenales. Algunos llegan incluso a negar la persona de Cristo en favor de lo que se denomina la Conciencia de Cristo. En otras palabras, el propio Cristo fue poco más que un buen maestro moral, y son Sus "enseñanzas" las que debemos tratar de seguir en lugar del propio Hijo de Dios. Por supuesto, en el cristianismo sin Cristo, no todas las enseñanzas de Jesús deben seguirse por igual. Quienes defienden un cristianismo sin Cristo se centran en las palabras de Jesús que apelan a sus ideales humanitarios, no en las que hablan de tomar la cruz para seguirle (Lucas 9:23; Mateo 8:34; 16:24).

En su libro Christless Christianity: The Alternative Gospel of the American Church, Michael Horton escribe: "Mi preocupación es que nos estamos acercando peligrosamente al lugar de la vida cotidiana de la iglesia americana en el que se extraen citas "relevantes" de la Biblia, pero que es en gran medida irrelevante en sus propios términos; se utiliza a Dios como un recurso personal en lugar de conocerlo, adorarlo y confiar en él; Jesucristo es un entrenador con un buen plan de juego para nuestra victoria en lugar de un Salvador que ya la ha conseguido por nosotros; la salvación es más una cuestión de tener nuestra mejor vida ahora que de ser salvados del juicio de Dios por Dios mismo; y el Espíritu Santo es una toma de corriente a la que podemos enchufarnos para obtener la energía que necesitamos para ser todo lo que podemos ser" (página 19 - Traducción propia).

El cristianismo sin Cristo se disfraza del verdadero evangelio de Jesucristo y, para innumerables personas que están buscando y para los ignorantes de la Biblia, parece ofrecerles todo lo que buscan. Les da "todo esto y también el cielo", sin exigirles nada en esta vida. El cristianismo sin Cristo ha destripado el corazón de las Escrituras y se ha quedado con el esquema, presentándolo como toda la verdad. La popular enseñanza de la prosperidad, que no es en absoluto el Evangelio, ha ayudado a introducir a este lobo con piel de cordero (ver Mateo 7:15). La teología de la prosperidad, que no es bíblica, ha convencido a millones de personas de que el Dios de la Biblia existe para hacer realidad todos sus sueños, y de que Jesús es la clave para desbloquear su asombroso potencial. Los miles de "conversos" a esta ideología pueden pensar que han decidido seguir a Jesús, cuando en realidad están siguiendo a un "Cristo" creado por ellos mismos.

No podemos eliminar a Cristo del cristianismo. Gálatas 1:6-9 aborda el problema de que la Iglesia preste atención a las perversiones del Evangelio: "Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente. No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema".

Pablo pasa a identificar la motivación que hay detrás de enseñanzas distorsionadas como el cristianismo sin Cristo: "¿busco ahora el favor de los hombres o el de Dios? ¿O me esfuerzo por agradar a los hombres? Si yo todavía estuviera tratando de agradar a los hombres, no sería siervo de Cristo" (Gálatas 1:10, NBLA). Muchos de los que sienten la tentación de aceptar los preceptos del cristianismo sin Cristo pueden tener un deseo sincero de animar y levantar a los oprimidos, pero se equivocan cuando ese aliento global se presenta como todo el Evangelio. La persona y la obra de Jesús deben tener la preeminencia, y la predicación de la cruz es primordial (1 Corintios 2:2).

El cristianismo sin Cristo es el resultado del deseo del hombre de complacer a su naturaleza carnal, ignorando la clara enseñanza de Romanos 8:7-8: "Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios". Nuestra naturaleza carnal no quiere negarse a sí misma y obedecer a Jesús como Señor (Marcos 8:34). Pero, como la gente también quiere el favor de Dios, el cristianismo sin Cristo les da una forma de tener ambas cosas. Al reducir "todo el consejo de Dios" (Hechos 20:27) a una serie de afirmaciones que se pueden tuitear, el cristianismo sin Cristo da a la gente lo que sus "oídos se mueren por oír" (2 Timoteo 4:3, NTV).

Sí, la predicación de la cruz parece "locura a los que se pierden", pero 1 Corintios 1:18 continúa diciendo que "a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios". El cristiano debe fijar sus ojos en Jesús (Hebreos 12:2). Un cristianismo sin Cristo no es cristianismo en absoluto.

© Copyright Got Questions Ministries