Pregunta: ¿Debería un cristiano oponerse a la globalización?
Respuesta:
La globalización es "el acto de extender una influencia a todas las partes del mundo". Implica la aparición de un mercado mundial único o la desregulación que da lugar a la internacionalización. A primera vista, la globalización no parece tan mala. La globalización parece ofrecer una respuesta a los problemas financieros del mundo, entre otras cosas. Sin embargo, la reflexión y la investigación revelan inquietantes precedentes históricos.
La forma histórica de la globalización es la conquista militar. El Imperio Asirio es un buen ejemplo. Desde finales del siglo XXV o principios del XXIV a.C. hasta el 605 a.C., los asirios controlaron vastas extensiones de Babilonia, Egipto y Tierra Santa. Aunque tecnológicamente avanzados para su época, los asirios eran también guerreros brutales que asesinaban, torturaban y esclavizaban a sus enemigos. Los asirios eran globalistas en el sentido de que estaban empeñados en la conquista del mundo. Dios utilizó a los asirios para castigar y exiliar a las diez tribus del norte de Israel por las maldades con que Israel provocó la ira del Señor (2 Reyes 17).
Probablemente, el ejemplo más conocido de globalización histórica sea el intento de construcción de la Torre de Babel en el siglo XXI a.C.. En lugar de llenar la tierra como Dios ordenó (Génesis 9:1), la humanidad se rebeló, decidiendo centralizarse en una ciudad y no dispersarse por la tierra (Génesis 11:4). Este esfuerzo de construcción fue encabezado por el bisnieto de Noé, el rey Nimrod (cuyo nombre significa "rebelde"). La respuesta de Dios fue confundir sus lenguas, obligando así a los pueblos a agruparse por dialectos y establecerse en otros lugares (Génesis 11:8-9).
Todos los imperios presentados en un sueño al rey Nabucodonosor de Babilonia representan otros intentos de instituir un gobierno mundial (Daniel 2). La interpretación profética de Daniel del sueño del rey se resume nuestro artículo, ¿Cuál es el significado del sueño de Nabucodonosor en Daniel 2? Es notable que Nabucodonosor imaginó un quinto y último imperio mundial, que aún está por venir.
Este imperio final será un verdadero gobierno mundial, gobernado por el hombre conocido como el Anticristo, también llamado la bestia y el inicuo (Apocalipsis 13:4; 2 Tesalonicenses 2:8). Él tendrá "autoridad sobre toda tribu, pueblo, lengua y nación.", y él, junto con el Falso Profeta, obligará a todas las personas a tomar su marca. Este futuro líder global controlará todas las transacciones financieras (Apocalipsis 13:7, NBLA) y todas las observancias religiosas (Apocalipsis 13:8). Negarse a adorar al Anticristo significa la muerte; consentir significa el castigo eterno de Dios (Apocalipsis 13:15; 14:9-11).
La Biblia, por lo tanto, muestra que cada vez que el hombre intenta la "globalización" es gobernado por imperios malvados e impíos. Debemos oponernos a la globalización en la medida en que comprendamos que es implementada por Satanás, actualmente el dios de este siglo (2 Corintios 4:4). Es interesante notar que el último intento de globalización del hombre (y de Satanás) incluirá un resurgimiento de "Babilonia", que comenzó el esfuerzo de globalización hace tanto tiempo (ver Apocalipsis 18).
Por supuesto, también sabemos que "el mundo entero es prisionero del pecado" (Gálatas 3:22) y que los creyentes deben "aborrecer el mal" (Salmo 97:10). Debemos hacer brillar la luz de la justicia en las tinieblas donde la encontremos, mediante el mensaje del Evangelio (Mateo 5:16; cf. Juan 8:12). Es apropiado reprender la maldad, y hay mucho de eso en la versión de Satanás de la globalización. Sin embargo, 1 Pedro 2:13 nos dice: "Sométanse, por causa del Señor, a toda institución humana", y Jesús mismo nos advirtió que "demos al César lo que es del César" (Mateo 22:21), por lo que es necesario que mantengamos nuestra oposición dentro de las limitaciones de la ley del país.
Dios tiene un plan para la globalización bajo la jefatura del Rey y Redentor, Jesucristo (ver Apocalipsis 19-20). Evidentemente, seguirá habiendo naciones individuales bajo el gobierno de Cristo (Zacarías 2:10-11). El Reino será un tiempo de rectitud y verdadera justicia (Isaías 11:3-5).
¡Qué pacíficos y alegres serán los días del Reino de Cristo! Isaías 12:3-4 (NBLA) dice: "Con gozo sacarás agua de los manantiales de la salvación. Y en aquel día dirás: Den gracias al Señor, invoquen Su nombre, hagan conocer entre los pueblos Sus obras, hagan recordar que Su nombre es exaltado".