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El Efecto Mandela es el fenómeno del recuerdo colectivo erróneo por parte de la gente de hechos o acontecimientos concretos. Es lo que ocurre cuando alguien tiene un "recuerdo" claro de algo que en realidad nunca ocurrió. El Efecto Mandela suele estar relacionado con extrañas teorías conspirativas que implican universos paralelos, realidades alternativas en colisión y viajes en el tiempo. Uno de los principios de estas teorías es que en realidad se está cambiando la historia, lo que explica por qué recordamos algo, pero la historia no lo registra. Otros llegan a decir que también se están produciendo cambios en las Sagradas Escrituras.
El término Efecto Mandela fue inventado por Fiona Broome, escritora y consultora paranormal, en 2010. La Sra. Broome explica el Efecto Mandela en su sitio web: "Muchos de nosotros -la mayoría totalmente desconocidos- recordamos exactamente los mismos acontecimientos con los mismos detalles. Sin embargo, nuestros recuerdos son distintos de los que aparecen en los libros de historia, las hemerotecas, etc.". El término hace referencia al líder sudafricano Nelson Mandela. Al parecer, un grupo de personas tenía un falso recuerdo de la muerte de Nelson Mandela en prisión en la década de 1980 (en realidad murió en diciembre de 2013). Los teóricos de la conspiración plantean la hipótesis de que, siempre que un número significativo de personas comparte un falso recuerdo similar, entonces el suceso está relacionado con una "historia alternativa" o "realidades paralelas". En el caso de Mandela, los teóricos dirían que sí murió en los años 80 (en un universo), y que sí murió en 2013 (en otro universo). La gente tiene recuerdos de ambos porque ha estado "deslizándose" de un lado a otro entre las dos realidades sin saberlo. Por ridículas que puedan parecer estas teorías, la Sra. Broome ha ganado un sólido número de seguidores en Internet, escribiendo artículos y libros y dando conferencias sobre temas relacionados.
El Efecto Mandela y su consiguiente teoría de la conspiración cobraron fuerza cuando la leyenda del boxeo Muhammad Ali murió en junio de 2016 a los 74 años. Muchas personas dijeron que recordaban que había muerto varios años antes. Hay otros ejemplos del Efecto Mandela, como la creencia de que el huracán Katrina no azotó la costa del Golfo en agosto de 2005, sino cuatro meses antes.
Otro ejemplo común del Efecto Mandela es el del "Hombre Tanque", la icónica imagen de un joven bloqueando un tanque en la plaza de Tiananmen, China, en 1989. Mucha gente afirma hoy que el manifestante que se puso delante de los tanques fue arrollado por estos. Dicen que se lo enseñaron en la escuela, que lo leyeron en sus libros de texto, que vieron las imágenes y que aún pueden visualizarlo perfectamente según su memoria. En realidad, el hombre nunca fue atropellado.
He aquí otros ejemplos menos dramáticos del Efecto Mandela:
- La mayoría de nosotros recuerda a la reina malvada de la versión de Disney de Blancanieves diciendo: "Espejito, espejito en la pared, ¿quién es la más bella de todas?". En realidad, la reina dice: "Espejito mágico en la pared, ¿quién es la más bella de todas?".
- El imperativo "Tócala otra vez, Sam" nunca se pronuncia en la película clásica Casablanca, aunque esa "cita" cinematográfica es familiar en la mente de la mayoría de la gente.
- En El imperio contraataca, Darth Vader no dice: "Luke, soy tu padre", como muchos recordamos. En realidad, dice: "No, yo soy tu padre".
- La Estatua de la Libertad no está ni ha estado nunca en la isla de Ellis.
Los psiquiatras han ofrecido una explicación para el Efecto Mandela: el efecto de la desinformación. Citando un estudio de 30 años sobre la maleabilidad de la memoria, un artículo de la revista científica Learning and Memory atribuye lo que otros llaman Efecto Mandela a "la alteración de la memoria del pasado que surge tras la exposición a información engañosa" (Loftus, E. F. "Planting Misinformation in the Human Mind: A 30-year Investigation of the Malleability of Memory" . Learning and Memory. 2005; 12:361-366). Si no has prestado mucha atención a algo, sus detalles pueden quedar borrosos en tu mente por sugerencia de otras personas. En algunos casos, la información errónea puede llegar a sobrescribir tu recuerdo original, sobre todo si se presenta de forma que parezca más verosímil.
Al examinar el Efecto Mandela, debemos recordar que la información transmitida por otros, ya sea vista, leída u oída, no siempre es objetiva. Si estamos expuestos a información intrusiva o contradictoria a lo largo del tiempo, nuestros recuerdos pueden cambiar o distorsionarse. Repite una mentira con la suficiente frecuencia, y la gente se la creerá. Este "efecto de desinformación" es una de las razones por las que los trabajadores de los tribunales intentan preservar la integridad del testimonio de un testigo y buscan jurados que no estén influidos por informes y especulaciones externas.
Los casos del Efecto Mandela son la prueba de que los seres humanos difundimos información errónea y de que todos tenemos recuerdos defectuosos. El Efecto Mandela no tiene nada que ver con un multiverso o realidades paralelas. Lo cierto es que algunas personas prefieren creer que todo el universo es defectuoso antes que admitir que tienen la culpa.
Vivimos en la era de las "noticias falsas", ya que la información incorrecta circula ampliamente y es compartida por personas incautas (o quizá no tan incautas). Por supuesto, al ser humanos, a veces inadvertidamente percibimos, leemos, interpretamos o entendemos mal las cosas. Necesitamos discernimiento y verdadera sabiduría bíblica para inhibir los efectos del bombardeo diario de distorsiones y medias verdades. Los seguidores de Jesús deben ser "astutos como las serpientes" (Mateo 10:16, NBLA).
Sorprendentemente, hay quienes citan la teoría del Efecto Mandela para afirmar que se están introduciendo cambios en la Biblia. Por ejemplo, mucha gente creerá reconocer la afirmación "El león se acostará con el cordero" como perteneciente a las Escrituras, pero no es así. Isaías 11:6 (NBLA) dice en realidad: "El lobo morará con el cordero, y el leopardo se echará con el cabrito. El becerro, el leoncillo y el animal doméstico andarán juntos, y un niño los conducirá". Algunos afirman que la Biblia solía describir al león acostándose con el cordero, pero alguien lo cambió; o eso, o nos deslizamos a un universo alternativo. Una explicación mejor es que la gente no conoce la Biblia tan bien como cree y ha permitido que las obras de arte y las citas erróneas de otras personas tiñan sus recuerdos. No hay motivo para creer que la Biblia esté siendo alterada por un nefasto viajero en el tiempo o que nos estemos deslizando entre realidades paralelas.
Los cristianos deberían prescindir de las teorías descabelladas basadas en el Efecto Mandela, así como de cualquier otra cosa que "da lugar a discusiones inútiles en vez de hacer avanzar el plan de Dios que es por fe" (1 Timoteo 1:4, NBLA).
