Pregunta: ¿Qué tiene que ver el nombre de Jesús con el hecho de que Él salvará a Su pueblo de sus pecados (Mateo 1:21)?
Respuesta:
En Mateo 1:18-21, un ángel visitó a José en sueños y le ordenó que se casara con María. José tenía la intención de divorciarse de ella discretamente, salvándola de la deshonra pública, pensando que se había quedado embarazada de otro hombre. Sin embargo, el ángel aseguró a José que su embarazo procedía del Espíritu Santo. Le dijo a José: "no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es. Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados" (Mateo 1:20-21).
Tanto José como María recibieron instrucciones de Dios a través de los ángeles para que pusieran el nombre de Jesús al niño que había sido concebido milagrosamente (Mateo 1:21; Lucas 1:31). El ángel dijo específicamente a José por qué debían ponerle el nombre de Jesús: "y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados" (Mateo 1:21). Jesús significa "Yavé salva" o "Yavé es salvación". Es el equivalente griego del nombre hebreo Josué. Jesús no vino a salvar a los judíos de la opresión política, ni de los males sociales ni de las ideas equivocadas. Su misión al venir a la tierra era salvar a Su pueblo de sus pecados.
El nombre de Jesús no solo proclamaba Su misión, sino que también confirmaba Su deidad y la eficacia de Su misión. "Yavé salva". El pecado trajo la muerte y nos separó de Dios (Romanos 5:12). Pero "por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida" (Romanos 5:18). Jesús es Dios eterno (Juan 1:1-3), pero se hizo carne, vivió una vida sin pecado (2 Corintios 5:21; Hebreos 4:15; 1 Juan 3:5) y se ofreció como sacrificio perfecto por nosotros (1 Corintios 15:3; Colosenses 1:22; Hebreos 10:10). La muerte de Jesús venció eternamente al pecado y a la muerte y proporcionó el sacrificio expiatorio para todo el mundo (1 Juan 2:2). Todos los que crean en Él se salvarán (Juan 3:16; Hechos 16:31). Ya que solo Dios puede salvar y Jesús vino a salvar a Su pueblo de su pecado, el nombre de Jesús confirma que Él es Dios. Y Su propósito tuvo éxito: Él proporcionó el único camino para que la gente se salvara de sus pecados.
Dios envió intencionadamente a Jesús para que cumpliera Su plan de redención "cuando vino el cumplimiento del tiempo" (Gálatas 4:4). La venida del Mesías se profetizó mucho antes de que naciera. La misión y el nombre de Jesús están relacionados con la profecía de Isaías 7:14. Mateo hace explícita la conexión: "Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta, cuando dijo: He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros". (Mateo 1:22-23). Jesús no es el mismo nombre que Emanuel. Entonces, ¿por qué al llamarle Jesús (porque salvará a Su pueblo de sus pecados) se cumplió la profecía de llamarle Emanuel?
Emanuel es uno de los muchos "nombres" o títulos que se dan a Jesús en el Antiguo y el Nuevo Testamento. Emanuel no era Su nombre de pila, ni tampoco se le llamaba "Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz" (Isaías 9:6). En cambio, Jesús era Su nombre verdadero. Jesús cumplió el significado de Su nombre propio al mismo tiempo que cumplía el significado de Emanuel, "Dios con nosotros". De hecho, Dios se hizo uno de nosotros (Juan 1:14) y ofreció el único camino para que las personas fueran salvas de sus pecados.
El nombre de Jesús es esencial para lo que Él es y para Su misión. A Jesús se le dio Su nombre porque salvaría a Su pueblo de sus pecados. Eso es lo que hizo y sigue haciendo. Hechos 4:12 dice: "Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos". Los que han sido salvos viven ahora para proclamar esta salvación (Mateo 28:19-20) y para glorificar a Aquel que vino a salvarnos: "Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él" (Colosenses 3:17).