Respuesta:
Elisabet en la Biblia era la esposa de un sacerdote llamado Zacarías; también era prima de María, la madre de Jesús. Elisabet y Zacarías son llamados "justos e irreprensibles" que anduvieron en todos los mandamientos del Señor (Lucas 1:6). Elisabet era estéril; no podía tener hijos (Lucas 1:7). Cuando se menciona a Elisabet por primera vez en la Biblia, es una anciana, o como lo expresa Lucas, "ya de edad avanzada" (Lucas 1:7). Esto podría significar desde la mediana edad avanzada hasta la vejez. En cualquier caso, ya había pasado la edad de tener hijos (Lucas 1:18).
Cuando Zacarías estaba en el templo ofreciendo incienso al Señor, se le apareció el ángel Gabriel, diciéndole que él y Elisabet pronto serían padres; debían ponerle al niño el nombre de Juan. Este niño llegaría a ser "grande delante de Dios" y les daría alegría y gozo a ellos y a muchas otras personas (Lucas 1:14-15). Zacarías dudaba debido a la edad de su esposa y al hecho de que él mismo era anciano (Lucas 1:18), así que Gabriel -el mismo ángel que se apareció más tarde a María- le dijo a Zacarías que no podría hablar hasta que se cumpliera la profecía con el nacimiento de Juan (Lucas 1:19-20, 26-27).
Elisabet, al encontrarse embarazada, se recluyó durante cinco meses. Dijo: "Así ha hecho conmigo el Señor en los días en que se dignó quitar mi afrenta entre los hombres" (Lucas 1:25). Seis meses después de que Elisabet concibiera, María también quedó embarazada, y fue a visitar a Elisabet, porque Gabriel le había hablado del embarazo de Elisabet (Lucas 1:36-37). Es una señal del amor y el cuidado de Dios el haber colocado a estas mujeres en la misma familia. Podría haberlas hecho fácilmente extrañas entre sí, pero, al hacerlas parientes, les dio consuelo y aliento mutuos. Especialmente para María, la experiencia de quedarse embarazada fuera del matrimonio debió de ser aterradora y chocante. Pero Dios proporcionó a Elisabet una presencia reconfortante: una pariente conocida y de confianza y una mujer mayor que estaba pasando por un acontecimiento milagroso similar (Lucas 1:38-45).
En cuanto María llegó a casa de Elisabet, y ésta oyó el saludo de María, "la criatura saltó en su vientre; y Elisabet fue llena del Espíritu Santo, y exclamó a gran voz, y dijo: Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre. ¿Por qué se me concede esto a mí, que la madre de mi Señor venga a mí? Porque tan pronto como llegó la voz de tu salutación a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Y bienaventurada la que creyó, porque se cumplirá lo que le fue dicho de parte del Señor" (Lucas 1:41-45). El Espíritu Santo informó a Elisabet del estado de María antes incluso de que ésta pudiera pronunciar palabra.
Ocho días después de que naciera el hijo de Elisabet, varios vecinos y parientes asistieron a la ceremonia de la circuncisión. Era el momento en que los niños recibían oficialmente sus nombres, y Elisabet declaró que el nombre de su bebé era Juan - Zacarías, aún no podía hablar. Los vecinos preguntaron a Elisabet por el nombre; ninguno de sus parientes se había llamado nunca Juan; sin duda debían ponerle Zacarías. Sin embargo, Zacarías buscó una tablilla y escribió en ella el nombre de Juan. Con ello demostró su fe en la profecía del ángel y, así, Zacarías pudo volver a hablar (Lucas 1:57-64).
El hijo de Elisabet creció y se convirtió en Juan el Bautista, que ministró "delante de él [el Señor] con el espíritu y el poder de Elías" (Lucas 1:17) y fue el profeta que preparó el camino del Señor, cumpliendo la profecía de Malaquías (Malaquías 3:1; Lucas 1:76; Juan 3:1-6).