Pregunta: ¿Por qué a Jesús no se le llamó Emanuel?
Respuesta:
En la profecía del nacimiento virginal, Isaías 7:14, el profeta Isaías declara: "Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel". Esta profecía tuvo un primer cumplimiento durante los días de Isaías, pero se refiere finalmente al nacimiento de Jesús, como vemos en Mateo 1:22-23: "Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta, cuando dijo: He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, Y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros". Esto no significa, sin embargo, que el nombre real dado al Mesías fuera Emanuel.
Hay muchos "nombres" dados a Jesús en el Antiguo y Nuevo Testamento, y Emanuel es uno de ellos. Isaías profetizó en otro lugar del Mesías: "y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz" (Isaías 9:6). A Jesús nunca se le llamó por alguno de esos "nombres" por la gente que conoció en Galilea o Judea, pero son descripciones exactas de quién es Él y qué hace. El ángel dijo que Jesús "será llamado hijo del Altísimo" (Lucas 1:32) e "Hijo de Dios" (versículo 35), pero ninguno de esos era Su nombre.
El profeta Jeremías habla de un rey que "reinará como Rey" (Jeremías 23:5), y nos da el nombre del Mesías que vendrá: "y este es su nombre por el cual será llamado: "El Señor, justicia nuestra"" (Jeremías 23:6 - LBLA). A Jesús nunca se le llamó "El Señor, justicia nuestra" como nombre, ¡pero podemos llamarle así! Él trae la justicia de Dios a nosotros. Él es Dios en la carne, y el que nos hace justos (1 Corintios 1:30; 2 Corintios 5:21).
George Herman Rut se llamaba George, por supuesto. Pero podemos llamarle otras cosas, y estamos hablando de la misma persona: "Babe", "el Bambino", "el Sultán del Swat", o "el Coloso del Clout". Los nombres de Babe Rut se multiplicaron debido a su historia personal y su talento singular en el campo de béisbol. De manera similar, podemos llamar a Jesús por Su nombre de pila, pero también podemos llamarle "Emanuel", o "Admirable", "Consejero", "Príncipe de Paz", o "El Señor, justicia nuestra". Los nombres de Jesucristo se multiplican debido a Su naturaleza divina y Su obra milagrosa.
Decir que a Jesús se le llamaría "Emanuel" significa que Jesús es Dios, que moró entre nosotros en Su Encarnación, y que siempre está con nosotros. Jesús era Dios en la carne. Jesús era Dios habitando entre nosotros (Juan 1:1, 14). Dios cumple Sus promesas. La virgen María dio a luz a un hijo. Hace dos mil años, en Belén, vemos a ese bebé nacer y bajarlo sobre el heno para que descansara. Ese bebé, por increíble que parezca, es Dios. Ese Bebé es Dios con nosotros. Jesús, como nuestro Emanuel, es omnipotencia, omnisciencia, perfección, y el amor que nunca falla, está con nosotros.
No, José no llamó a Jesús "Emanuel", pero la naturaleza de Jesús le hace verdaderamente Emanuel, "Dios con nosotros". Isaías nos dijo que estuviéramos atentos a Emanuel, el Hijo de Dios nacido de una virgen. Él nos salvará; reconciliará a las personas con Dios y restaurará la creación a su belleza original. Lo conocemos como Jesús, pero también podemos llamarle "Dios con nosotros", porque eso es exactamente quien es Él.