Respuesta:
Eneas era un hombre que vivía en la ciudad de Lida, situada en la llanura costera a unos 35 kilómetros al noroeste de Jerusalén. Eneas había sufrido de parálisis durante ocho años hasta que Simón Pedro llegó a la ciudad. Hechos 9:32-35 da cuenta de esto: "Aconteció que Pedro, visitando a todos, vino también a los santos que habitaban en Lida. Y halló allí a uno que se llamaba Eneas, que hacía ocho años que estaba en cama, pues era paralítico. Y le dijo Pedro: Eneas, Jesucristo te sana; levántate, y haz tu cama. Y en seguida se levantó. Y le vieron todos los que habitaban en Lida y en Sarón, los cuales se convirtieron al Señor".
El nombre Eneas es griego y puede implicar que el hombre era un gentil o un judío helenista, es decir, uno que hablaba griego y había adoptado las costumbres griegas. En todos los relatos de sanidades realizadas por Jesús y los apóstoles, sólo unas pocas veces se menciona el nombre de la persona sanada. Así que puede ser significativo que se mencione a Eneas por su nombre, a pesar de que su historia sólo comprende cuatro versículos.
Hay varias razones posibles para la mención del nombre de Eneas. Algunos eruditos especulan que el nombre de Eneas fue significativo en el sentido de que este acontecimiento preparó a Pedro para aceptar lo que Dios estaba a punto de revelarle en una visión. Como judío cumplidor de la ley, Pedro tenía dificultades para aceptar que la salvación de Dios era para todos -incluidos los griegos y los judíos helenizados- y no sólo para Israel o los que cumplían la ley mosaica. Lo más probable es que Eneas fuera creyente, ya que Hechos 9:32 dice que Pedro había ido a Lida a visitar a los que seguían a Jesús. Al reconocer que Jesús quería sanar a este judío no tradicional o posiblemente gentil, Pedro estaba mejor preparado para la visión que Jesús pronto le daría en la cercana Jope, en casa de Simón el curtidor (Hechos 9:43; Hechos 10).
Otra razón por la que se menciona a Eneas por su nombre podría ser que los resultados de su sanidad fueron bastante impactantes. No sólo se curó un paralítico, sino que Hechos 9:35 dice: "Y le vieron todos los que habitaban en Lida y en Sarón, los cuales se convirtieron al Señor". ¡Es un resultado espectacular! La evangelización de dos aldeas habría sido una fuente de ánimo para la iglesia del siglo I que sufría persecución y rechazo. Parece que Eneas era conocido como el creyente paralítico y como el creyente sanado. El uso de su nombre quizá se debiera simplemente a que muchos de los lectores originales de Lucas sabían quién era Eneas.
También hay que tener en cuenta que, dado que el nombre de Eneas figuraba en la narración, el relato podía verificarse de forma independiente y demostrar su fiabilidad. El Evangelio de Lucas y el libro de los Hechos son las dos partes del escrito de Lucas. En el prólogo de su evangelio, Lucas explica que había "investigado con diligencia todas las cosas desde su origen" y luego decidió "escribrirlas por orden" para que sus lectores conocieran "bien la verdad de las cosas en las cuales has sido instruido" (Lucas 1:3-4). Este relato de la sanidad de Eneas podía ser fácilmente afirmado o desmentido por Eneas y todos los habitantes de Lida y Sarón. Su testimonio podría servir como prueba útil para apuntalar la fe de cualquiera.
Dios utilizó a Eneas para demostrar Su poder a personas que no lo conocían. La sanidad milagrosa que experimentó Eneas también validó para la gente del pueblo la afirmación de Pedro de ser apóstol (2 Corintios 12:12). La historia de Eneas nos recuerda que nadie es demasiado insignificante para que Dios lo utilice con poder. Puede que Eneas se quedara tumbado en su lecho durante ocho años, creyendo que no podía hacer nada por el Señor. Pero Dios lo eligió para ser el catalizador que llevara a toda su región a la fe en Cristo. Si Dios pudo usar a un hombre paralítico como Eneas para lograr mucho, también puede usarnos a cada uno de nosotros.