Respuesta:
Hay una variedad de opiniones sobre lo que constituye un espíritu de Jezabel, desde la promiscuidad sexual en una mujer hasta la enseñanza de una falsa doctrina—por un hombre o una mujer. La Biblia no menciona un espíritu de Jezabel, aunque tiene mucho que decir acerca de Jezabel misma.
La historia de Jezabel se encuentra en 1 y 2 Reyes. Era hija de Etbaal, rey de Tiro/Sidón y sacerdote del culto a Baal, un falso dios cruel, sensual y repugnante cuyo culto implicaba degradación sexual y lujuria. Acab, rey de Israel, se casó con Jezabel y llevó a la nación al culto de Baal (1 Reyes 16:31). El reinado de Acab y Jezabel sobre Israel es uno de los capítulos más tristes en la historia del pueblo de Dios.
Hay dos incidentes en la vida de Jezabel que la caracterizan y pueden definir lo que se entiende por el "espíritu de Jezabel." Una característica es su obsesiva pasión por dominar y controlar a otros, especialmente en el ámbito espiritual. Cuando se convirtió en reina, comenzó una incansable campaña para deshacerse de Israel de todas las evidencias de adoración a Jehová. Ordenó la exterminación de todos los profetas del Señor (1 Reyes 18:4, 13) y reemplazó sus altares con los de Baal. Su enemigo más fuerte era Elías, que exigía un concurso en el monte Carmelo entre los poderes del Dios de Israel y los poderes de Jezabel y los sacerdotes de Baal (1 Reyes 18). Por supuesto, Dios ganó, pero a pesar de haber oído hablar de los milagrosos poderes del Señor, Jezabel se negó a arrepentirse y juró por sus dioses que perseguiría incansablemente a Elías y le quitaría la vida. Su obstinada negativa a ver y someterse al poder del Dios viviente la llevaría a un fin horrendo (2 Reyes 9:29–37).
El segundo incidente involucra a un hombre justo llamado Nabot que se negó a vender a Acab tierras adyacentes al palacio, declarando correctamente que vender su herencia estaría en contra del mandamiento del Señor (1 Reyes 21:3; Levítico 25:23). Mientras Acab se lamentaba y se enfurecía en su cama, Jezabel se burlaba de él y ridiculizaba su debilidad, luego procedió a complotar contra el inocente Nabot y lo mandó a apedrear hasta la muerte. Los hijos de Nabot también fueron apedreados hasta la muerte, de modo que no habría herederos y la tierra pasaría a la posesión del rey. Tal determinación única para conseguir lo que uno quiere, sin importar quién sea destruido en el proceso, es una característica del espíritu de Jezabel.
Tan infame fue la inmoralidad sexual y la idolatría de Jezabel que el propio Señor Jesús la menciona en una advertencia a la iglesia en Tiatira (Apocalipsis 2:18-29). Probablemente se refiere a una mujer en la iglesia que influía de la misma manera que Jezabel influía en Israel hacia la idolatría y la inmoralidad sexual, Jesús declara a los tiatirenses que ella no debe ser tolerada. Quienquiera que fuera esta mujer, como Jezabel, se negó a arrepentirse de su inmoralidad y su enseñanza falsa, y su destino estaba sellado. El Señor Jesús la echó a una cama de enfermedad, junto con aquellos que cometieron idolatría con ella. El final para aquellos que sucumben a un espíritu de Jezabel siempre es la muerte y la destrucción, tanto en el sentido físico como en el espiritual.
Quizás la mejor manera de definir el espíritu de Jezabel es decir que caracteriza a cualquiera que actúa de la misma manera que lo hizo Jezabel, involucrándose en la inmoralidad, idolatría, enseñanza falsa y pecado impenitente. Ir más allá de eso es entrar en conjeturas y puede llevar posiblemente a acusaciones falsas y división dentro del cuerpo de Cristo.