Pregunta: ¿Por qué se culpa a Adán de la caída de la humanidad cuando Eva pecó primero?
Respuesta:
Es verdad que, cronológicamente, Eva pecó antes que Adán. Fue tentada, tomó el fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal, y comió. Después de eso, le dio el fruto a su esposo, y él comió (Génesis 3:1–6). Sin embargo, la Biblia responsabiliza a Adán como el causante de la caída de la humanidad.
En Romanos 5, se le imputa la culpa a Adán, sin mencionar a Eva:
"Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron." (versículo 12).
"No obstante, reinó la muerte desde Adán hasta Moisés, aun en los que no pecaron a la manera de la transgresión de Adán" (versículo 14).
"...porque si por la transgresión de aquel uno murieron los muchos..." (versículo 15).
"Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia." (versículo 17).
"Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos" (versículo 19).
Este "hombre" al que Pablo se refiere es Adán, como lo deja claro Romanos 5:14. La Escritura presenta que fue Adán, no Eva, quien pecó contra Dios y trajo la alienación de Dios y la muerte para toda la humanidad. Adán intentó culpar a Eva, indirectamente (Génesis 3:12), pero Adán es el que se le acredita con la entrada del pecado en el mundo.
Hay varias razones por las que Adán es culpable de la caída de la humanidad. Adán fue creado primero, y su esposa fue creada para ser una "ayuda idónea" (Génesis 2:18). Dios hizo responsable a Adán de su familia, como se ve en el hecho de que Dios buscó a Adán específicamente (Génesis 3:9). Además, en Su conversación con Adán y Eva, Dios cuestionó a Adán primero (Génesis 3:9-13), a pesar de que Eva pecó antes que Adán. Adán, como líder de la familia, fue responsable de lo que sucedió en su familia.
Además, el mandamiento original de no comer del árbol del conocimiento del bien y del mal fue dado a Adán, antes de que Eva fuera creada (Génesis 2:17). Eva conocía la restricción (Génesis 3:2–3)—evidentemente Adán se lo había informado—pero fue Adán quien lo escuchó directamente de la boca de Dios.
En 1 Timoteo 2:14, Pablo hace una sutil distinción entre el pecado de Adán y el de Eva: "y Adán no fue engañado, sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en transgresión." Eva cayó en pecado debido a un engaño; sin embargo, Adán no fue engañado, lo que significa que eligió pecar. Cuando Adán tomó el fruto de su esposa, sabía muy bien lo que estaba haciendo. No estaba mal informado ni confundido; sencillamente decidió rebelarse contra el mandamiento de Dios. Eligió escuchar a su esposa en lugar de a Dios (Génesis 3:17).
El Nuevo Testamento enseña que, como el primer hombre, Adán representaba a toda la humanidad. Era el jefe de la raza humana, y "en Adán todos mueren" (1 Corintios 15:22). El sufrimiento y la muerte que resultaron del pecado de Adán subrayan nuestra necesidad de un Salvador—a quien la Escritura se refiere como el "último Adán" (1 Corintios 15:45). Ese título de Cristo, y las múltiples comparaciones de Adán con Cristo, no tendrían sentido si el pecado original hubiera venido a través de Eva.
Aunque Eva fue la primera en pecar, la solución al pecado vino a través de "su descendencia" (Génesis 3:15). La semilla, Jesucristo, nació de una virgen llamada María (Mateo 1:18–25). El pagó el precio por el pecado y redimirá a aquellos que reciban la salvación que Él ofrece (Juan 3:16). Por lo tanto, del mismo modo que el pecado y la muerte vinieron a través de un hombre, Adán, también es a través de un solo hombre, Jesucristo, que se concede la gracia y la justicia como dones gratuitos a los creyentes pecadores. Recibimos una maldición a través de Adán, pero a través de Jesús recibimos una bendición.