Respuesta:
En el Nuevo Testamento, uno de los discípulos de Jesucristo se llamaba Simón el Zelote (Mateo 10:4; Marcos 3:18; Lucas 6:15; Hechos 1:13). ¿Qué era un Zelote?
Los Zelotes eran miembros de un movimiento político del primer siglo entre los judíos de Judea que buscaban derrocar al gobierno romano ocupante. La palabra zelote deriva del griego zelotes, que significa "emulador o seguidor (celoso)".
Según el historiador judío Josefo, existían tres grupos judíos principales en la época de Cristo: los Fariseos, los Saduceos y los Esenios. También menciona un cuarto grupo llamado los Zelotes, que fueron fundados por Judas de Galilea y Zadok el fariseo. Josefo señala que los Zelotes "están de acuerdo en todas las demás cosas con las nociones farisaicas; pero tienen un apego inviolable a la libertad, y dicen que solo Dios debe ser su Gobernante y Señor" (Antigüedades 18.1.6).
De importancia en la historia del Nuevo Testamento, los Zelotes lideraron una rebelión cuando Roma introdujo el culto imperial. La Gran Revuelta Judía comenzó en el 66 d.C. Los Zelotes tomaron con éxito Jerusalén, pero su revuelta finalmente fracasó. En el 70 d.C., los romanos destruyeron la ciudad de Jerusalén y el templo. Un remanente de los Zelotes luego se refugió en Masada.
Debido a sus tácticas a menudo violentas, los Zelotes han sido llamados algunos de los primeros terroristas del mundo. Aunque la etiqueta es solo parcialmente cierta (no todos los Zelotes fueron violentos), la reputación de los Zelotes como agitadores enérgicos y agresivos lleva una lección significativa para nosotros. Jesús eligió a Simón el Zelote, un hombre que probablemente deseaba eliminar por la fuerza al gobierno romano, y también eligió a Mateo, un recaudador de impuestos que trabajaba para el gobierno romano. Tanto Simón como Mateo, aunque enemigos naturales, fueron parte de los Doce. ¡Qué bella ilustración de la paz que trae Jesús! Hoy, Dios sigue trayendo sanidad y cambiando vidas. Aquellos con un pasado violento o tendencias extremistas pueden ser transformados a medida que Dios los utiliza para difundir las buenas noticias del amor de Cristo por todas las personas.
