Respuesta:
Febe se menciona solo una vez en la Biblia, en Romanos 16:1–2, donde Pablo escribe, "Os recomiendo además nuestra hermana Febe, la cual es diaconisa de la iglesia en Cencrea; que la recibáis en el Señor, como es digno de los santos, y que la ayudéis en cualquier cosa en que necesite de vosotros; porque ella ha ayudado a muchos, y a mí mismo".
Las cartas de presentación a desconocidos eran comunes en los tiempos bíblicos. La mención de Febe de esta manera significa que probablemente ella era la portadora de la carta o acompañaba a quienes la llevaban a Roma. El nombre Febe significa "brillante y radiante", y por los comentarios de Pablo sobre ella parece que esas palabras caracterizaban su personalidad y su vida cristiana.
La referencia de Pablo a Febe como "nuestra hermana" indica que ella era miembro de la iglesia cristiana y su hermana en Cristo. Su designación como "diaconisa" podría significar que ocupaba un cargo oficial dentro de la iglesia como diaconisa o simplemente que era conocida por servir fielmente a la iglesia (el término griego diakonos significa "siervo"). Tuviera o no Febe el título de "diaconisa", está claro que era un miembro confiable del cuerpo de creyentes en Cencrea, un puerto marítimo a unos doce o trece kilómetros de Corinto.
Pablo encomienda a Febe a los creyentes romanos y les pide que la reciban de manera amable y cordial en sus casas y corazones con amor y afecto. Ella debía ser bienvenida en su comunidad eclesiástica. Al pedir que se la reciba "como es digno de los santos [las personas de Dios]" significa que la iglesia debería tratar a Febe con el respeto especial y amor cristiano que deberían caracterizar las relaciones de todos los creyentes entre sí. Incluso aquellos creyentes que nunca hemos visto antes deben ser recibidos con amor, porque compartimos un vínculo en el Señor (Juan 13:35). Febe debía ser ayudada en cualquier asunto que tuviera que tratar en Roma.
Pablo dice que Febe ayudó a muchos. Febe pudo haber demostrado gran amabilidad de varias maneras a otros cristianos, tal vez recibiendo a ellos en su casa como Marta y María (Lucas 10:38-40). Tal vez ella atendió a los enfermos, ayudó a los pobres y asistió a las viudas y huérfanos, al igual que Tabita (Hechos 9:36). Quizás atendió a forasteros y viajeros a la manera de la "señora elegida" de Juan (2 Juan 1). El mismo Pablo se benefició del bondadoso corazón servicial de Febe. Cualquiera que fuera el papel de Febe en la iglesia, la mención de su nombre en Romanos 16 es un testimonio de su carácter y garantiza que nunca será olvidada.
