Respuesta:
"Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias" (Filipenses 4:6). Este versículo da una dirección clara y ofrece una esperanza genuina al creyente en Cristo.
En la carta de Pablo a los filipenses, hay una serie de cosas que pueden haberles preocupado. Pablo les escribe cuando está bajo arresto domiciliario, cortesía del Imperio Romano. La iglesia de Filipos había apoyado su labor misionera, y es posible que estuvieran preocupados por su bienestar (Filipenses 1). Al parecer, había cierta discordia en la iglesia, con personas que actuaban de forma egoísta, y necesitaban centrarse en el ejemplo de Cristo (Filipenses 2). Los falsos maestros también intentaban alterar su confianza en Cristo (y en las enseñanzas de Pablo) enseñando que era necesaria alguna forma de obediencia a la Ley para la salvación (Filipenses 3). Y, por último, la discordia en la iglesia había llegado a tal punto que Pablo llama a dos mujeres por su nombre y les pide que se lleven bien (Filipenses 4:2).
Pablo concluye su carta con la exhortación de Filipenses 4:4: "Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!". Aquí había una iglesia que se enfrentaba a presiones externas y problemas internos, y quizá se preguntara si era posible estallar en una celebración gozosa.
Si el desánimo por los problemas abordados en la carta (o por cualquier otra cosa) estaba privando a los filipenses del gozo, entonces Pablo da la solución en Filipenses 4:6. No hay que inquietarse ni preocuparse por cómo están las cosas. La solución consiste en entregar los problemas al Único que puede hacer algo al respecto. Los filipenses deben orar en toda situación, presentando sus peticiones a Dios y ofreciendo oraciones de acción de gracias por lo que Dios ya ha hecho.
Pablo no promete que Dios vaya a hacer todo lo que le pidan. No les estaba dando un cheque en blanco. Pero sí promete que, cuando los filipenses oren por las cosas, Dios cambiará a los propios filipenses: "Pablo no promete que Dios vaya a hacer todo lo que le pidan. No les estaba dando un cheque en blanco. Pero sí promete que, cuando los filipenses oren por las cosas, Dios cambiará a los propios filipenses" (Filipenses 4:7). Cuando oren realmente sobre sus problemas y decidan ser agradecidos, Dios les dará la paz.
Aunque fue escrito a la iglesia de Filipos, el principio de Filipenses 4:6 se aplica a todos los creyentes. Cuando tenemos problemas y preocupaciones, a menudo nos olvidamos de orar por ellos. Luego, cuando oramos, podemos pensar que la única ayuda que Dios nos puede dar es concedernos la petición tal como la hemos presentado y cambiar la situación. Es muy posible que Dios haga eso. Tiene el poder de cambiar cualquier situación, pero no se limitará a eso. Dios no promete cambiar todas las situaciones a nuestro gusto. Lo que sí promete hacer es darnos paz durante cualquier situación. En otras palabras, Dios puede o no cambiar la circunstancia, pero cambiará nuestra disposición hacia ella para que no nos cause confusión interior.
En la práctica, Filipenses 4:6 nos da un modelo del tipo de oración que debemos hacer cuando estamos ansiosos o preocupados. En primer lugar, rechazamos la preocupación: Por nada estéis afanosos. Luego, simplemente le pedimos a Dios lo que necesitamos: sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego. Y le damos gracias por todo lo que ya ha hecho: con acción de gracias. Por último, descansamos, sabiendo que Él nos ama y que resolverá las cosas para nuestro bien y Su gloria. La paz de Dios es entonces nuestra.
Hay unas líneas en una canción escrita por Tony Wood y Kevin Stokes que resumen maravillosamente el principio de Filipenses 4:6 (Solo disponible en inglés):