Pregunta: ¿Cómo ha influido la filosofía griega en el cristianismo?
Respuesta:
Filosofía significa literalmente "amor a la sabiduría". En su uso moderno, el término se refiere a cualquier proceso de organización de pensamientos e ideas dentro de algún marco establecido. La "filosofía griega" es en realidad un subconjunto de los variados sistemas de discurso del mundo. Aun así, sería justo decir que, cuando la cultura occidental piensa en "filosofía", lo que tiene en mente es realmente "filosofía griega". La terminología, las técnicas y las categorías desarrolladas en la antigua Grecia se convirtieron en las normas por las que se rigió el discurso filosófico posterior. Como resultado, prácticamente todas las cuestiones relativas a la verdad, la ética, la visión del mundo y la moralidad siguen debatiéndose utilizando los principios básicos de la filosofía griega.
Sin embargo, es importante distinguir entre terminología y técnicas, en contraste con los principios. En otras palabras, la filosofía griega ha proporcionado al mundo moderno una amplia gama de métodos y palabras útiles para comparar distintas afirmaciones y eficaces para enmarcar determinadas ideas. Eso no implica que los pensamientos debatidos utilizando la mecánica de la filosofía griega procedan a su vez de la visión del mundo de la antigua Grecia. Al contrario, lo que ha hecho tan perdurable a la filosofía griega es su aplicación a una amplia gama de puntos de vista divergentes.
Esta distinción es especialmente crucial a la hora de debatir el impacto de la filosofía griega en el cristianismo. Por un lado, la visión del mundo, la moral y las afirmaciones centrales del judeocristianismo son muy anteriores a los filósofos griegos. Muchas creencias centrales del cristianismo se oponen directamente a las de hombres como Sócrates, Platón y Aristóteles. Pablo, que a menudo debatía con filósofos griegos (Hechos 17:18), indicó que el evangelio de Cristo era "necedad" para la cosmovisión helenista (griega) (1 Corintios 1:23). En ese sentido, sería justo decir que la filosofía griega no ha influido en el cristianismo.
Por otra parte, también es cierto que el cristianismo nació en un mundo impregnado del pensamiento griego. La filosofía griega proporcionó a la Iglesia cristiana primitiva un conjunto de herramientas de debate, así como una visión del mundo opuesta con la que contrastar el Evangelio. Esto hace que la filosofía griega tenga una profunda influencia en las palabras, los sistemas y los debates con los que los cristianos de toda la historia han intentado explicar su fe.
En resumen, la filosofía griega no es literalmente una fuente de creencias cristianas ni una influencia significativa en las creencias espirituales de los cristianos. Al mismo tiempo, los sistemas con los que los cristianos enseñan, discuten y comprenden la verdad bíblica se han visto profundamente afectados por la filosofía griega.
El apóstol Pablo conocía bien la filosofía griega y a menudo citaba a escritores griegos mientras difundía el Evangelio (Hechos 17:23-28). Los escritores del Nuevo Testamento también hacen referencia a conceptos filosóficos griegos para explicar mejor sus ideas. El uso que hace Juan de la palabra Logos, por ejemplo, juega con un término griego preexistente, al tiempo que lo relaciona con un ser divino, personal y único (Juan 1:1-4). Esto demuestra cómo la prevalencia de ciertos métodos filosóficos influyó enormemente en la forma en que los primeros cristianos presentaban su fe, pero no en lo que predicaban.
Los primeros padres de la Iglesia comprendieron bien la relación entre mensaje y método. Agustín, por ejemplo, comparó el uso que hacía el cristiano de la filosofía griega con el uso que hizo Israel del oro sacado de Egipto durante el Éxodo (Éxodo 12:25-36). Como cualquier herramienta física, argumentaba, la filosofía podía utilizarse bien o mal. La filosofía podía haber sido desarrollada por una cultura impía, sostenía Agustín, pero en última instancia no era más que un conjunto de técnicas y términos, totalmente útiles para defender la verdad.
Con el paso del tiempo, el cristianismo se extendió a un público más amplio e implicó debates más sofisticados. Continuó la tendencia a apoyarse en la discusión filosófica. La filosofía griega siguió siendo una fuerza dominante en el pensamiento occidental, por lo que la teología cristiana continuó desarrollando su estructura y terminología utilizando este marco. Esta relación se ejemplifica mejor en hombres como Tomás de Aquino, que trató de describir sistemáticamente la visión cristiana del mundo a través del sistema de la filosofía griega. Este enfoque, conocido como Escolástica, revolucionó la forma en que los cristianos defendían, discutían y difundían las ideas bíblicas.
Por supuesto, sería ingenuo pensar que las ideas religiosas o espirituales griegas nunca, de ninguna manera, hicieron incursiones en la comunidad judeocristiana. Un componente importante del pensamiento griego, en la época inmediatamente anterior al nacimiento de Jesús, era el concepto de interpretación alegórica. En esencia, se trataba de la técnica de interpretar las historias míticas como analogías, no como hechos literales, para evitar implicaciones desagradables sobre la moralidad de dioses griegos como Zeus o Ares. Aunque esto tiene su valor, en algunos casos los intérpretes alegóricos aplicaron a menudo la técnica a historias destinadas a ser tomadas literalmente. Este enfoque alegórico fue adoptado por algunos escritores judíos, el más famoso de los cuales fue el erudito Filón, que vivió más o menos en la misma época que Jesucristo. Sin embargo, no todos los teólogos aceptaron su enfoque.
Asimismo, tras el ministerio terrenal de Jesús, hubo que enfrentarse a ciertas ideas religiosas griegas que se filtraron en la Iglesia. Sin duda, la más influyente fue el gnosticismo, que se aprovechaba de la afición griega a las religiones mistéricas y al intelectualismo. La propia Biblia muestra que estas influencias abiertamente espirituales fueron fuertemente rechazadas por los líderes de la Iglesia (1 Juan 4:2-3; 1 Timoteo 4:1-5, Colosenses 2:6-9). Incluso en los primeros tiempos del cristianismo, había poca confusión sobre la diferencia entre adoptar la filosofía griega y aceptar la religión griega.
La época del Nuevo Testamento estaba dominada por la cultura y la lengua griegas. Aunque Roma dominaba el mundo físico, las tradiciones intelectuales griegas seguían siendo supremas. El Nuevo Testamento se escribió originalmente en griego y estaba dirigido a un público inmerso en una visión helenizada del mundo. La filosofía griega continuó siendo durante milenios el principal sistema mediante el cual el mundo occidental debatía y definía conceptos. Al mismo tiempo, el cristianismo contrasta claramente con las creencias espirituales y religiosas de la antigua cultura griega.
La filosofía griega ha influido profunda y profundamente en la forma en que el cristianismo discute la teología. Sin embargo, no ha sido el origen de las creencias cristianas ni una fuente de ideas religiosas cristianas.