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Pregunta: ¿Quién fue Agar en la Biblia?

Respuesta:
Agar era una muchacha egipcia esclava de la esposa de Abram (Abraham), Sara. Encontramos la mayor parte de la información sobre Agar en Génesis 16. Después de que Dios se apareciera a Abram y le prometiera una patria y una herencia (Génesis 12:1-4), pasaron diez años y él y Sara seguían sin tener un hijo (Génesis 16:1). En su impaciencia, Sara tomó cartas en el asunto y entregó su criada a su marido, diciendo: "te ruego, pues, que te llegues a mi sierva; quizá tendré hijos de ella" (versículos 2-3). Abram hizo lo que ella le dijo y Agar quedó embarazada.

A pesar de que esta situación adúltera era obra suya, Sara se puso celosa cuando la joven y fértil esclava empezó a hacer alarde de su cintura cada vez más ancha (Génesis 16:4). Enfadada, Sara empezó a tratar a Agar con dureza, lo que provocó que Agar huyera al desierto (versículos 5-6). El ángel del Señor la encontró allí y la consoló, diciéndole que volviera con su ama y dándole una profecía sobre su hijo: "Y le llamarás Ismael, porque el Señor ha oído tu aflicción. Él será hombre indómito como asno montés; su mano será contra todos, y la mano de todos contra él, y habitará separado de todos sus hermanos" (versículos 11-12). Este fue el primer encuentro de Agar con el Dios de Abram, y ella lo llamó "el Dios que me ve" (versículo 13).

Más tarde, Agar dio a luz un hijo a Abram y le puso por nombre Ismael, como le había dicho el Señor (Génesis 16:15). La historia de Agar se reanuda catorce años después, cuando Isaac nació de Abraham y Sara (Génesis 21). Poco después de destetar a Isaac, Sara vio que Ismael se burlaba de él y llevó el asunto a Abraham: "Echa a esta sierva y a su hijo, porque el hijo de esta sierva no ha de heredar con Isaac mi hijo" (Génesis 21:10). Aunque a Abraham le dolió hacerlo, dio a Agar y a Ismael algunas provisiones, y los despidió, e Ismael y su madre vagaron por el desierto (versículo 14).

Cuando a Agar se le acabó el agua y la comida, no supo qué hacer. Puso a Ismael a la sombra de un arbusto y se alejó unos pasos para no tener que verlo morir (Génesis 21:16). Mientras Agar lloraba, el Señor la llamó desde el cielo con palabras de consuelo (versículo 17); entonces Dios le hizo una promesa: "Levántate, alza al muchacho, y sostenlo con tu mano, porque yo haré de él una gran nación" (versículo 18). La Biblia dice que Dios "abrió los ojos, y vio una fuente de agua" que no había visto en su angustia (versículo 19). Dios rescató a Agar y le dio esperanza y dirección. Dios estuvo con Ismael mientras crecía en el desierto (versículo 20).

El pecado de Abraham con Agar ha resultado en siglos de tristeza y derramamiento de sangre, ya que los descendientes de Isaac (los judíos) e Ismael (los árabes) han sido enemigos mortales desde los días de la Biblia. Se dice que Mahoma, el padre del islam, era de la línea de Ismael, lo que es una razón por la que los musulmanes reclaman un derecho a la Tierra Prometida, Israel. Agar es una mujer venerada en el islam, ya que Ismael es el padre del pueblo árabe. La versión coránica del relato del Génesis tergiversa la historia para hacer que Agar sea la heroína, e Ismael, el niño de la promesa, en lugar de Isaac.

El apóstol Pablo usa la historia de Agar y Sara para enseñar una verdad espiritual sobre nuestra salvación. En Gálatas 4, Agar representa el Antiguo Pacto, basado en la Ley (dada en el Sinaí, en Arabia) y las obras humanas. Sara representa el Nuevo Pacto, basado en la gracia y la obra salvadora de Dios. En la analogía de Pablo, los creyentes en Cristo son como los hijos nacidos de Sara: somos libres, productos del Espíritu. Aquellos que intentan ganar su salvación por sus propios esfuerzos son como el hijo nacido de Agar: son esclavos, productos de la carne. "De manera, hermanos, que no somos hijos de la esclava, sino de la libre" (Gálatas 4:31). Pablo aconseja a los creyentes "Echad fuera a la esclava, y a su hijo" (versículo 30), es decir, dejen de tratar de ganar la salvación, porque la herencia de los hijos de la promesa nunca puede ser compartida con aquellos que viven bajo los dictados de la carne.

La historia de Agar está llena de la bondad de Dios, y podemos aprender de la forma en que Dios trabajó en la vida de Agar. Ella no era nadie, una esclava extranjera. Sin embargo, el Señor del Cielo la vio en su angustia, proveyó para su necesidad y bendijo a su hijo porque era el hijo de Abraham. Agar nos dio el término El Roi, que significa "l Dios que ve". Y su historia nos recuerda que, sin importar quiénes somos o dónde estemos, el Señor Dios nos ve y se preocupa por nosotros. Él consolará y proveerá a cualquiera que se vuelva a Él, y siempre cumple Sus promesas.

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