Pregunta: ¿Por qué le pregunta Dios a Abraham: "¿Hay para Dios alguna cosa difícil?" (Génesis 18:14)?
Respuesta:
Un día, Abraham recibió la visita de tres hombres; los hombres resultaron ser unos invitados inusuales, por no decir otra cosa, y la visita cambió la vida de Abraham y Sara. Génesis 18:1-2 dice: "Y el Señor se le apareció a Abraham en el encinar de Mamre, mientras él estaba sentado a la puerta de la tienda en el calor del día. Cuando Abraham alzó los ojos y miró, había tres hombres parados frente a él. Al verlos corrió de la puerta de la tienda a recibirlos, y se postró en tierra". Abraham mostró hospitalidad inmediata a los tres hombres, invitándoles a descansar bajo un árbol y preparándoles una gran comida (versículos 3-8).
Cuando el Señor anunció a Abraham: "De cierto volveré a ti; y según el tiempo de la vida, he aquí que Sara tu mujer tendrá un hijo", Sara lo oyó y se rió con incredulidad (Génesis 18:10-12). La noticia fue tan sorprendente para Sara, de 89 años, que dudó de la palabra de Dios y de Su promesa. Entonces Dios le preguntó a Abraham: "¿Por qué se rio Sara y dijo: "¿Acaso puede una mujer vieja como yo tener un bebé?"? ¿Existe algo demasiado difícil para el Señor? Regresaré dentro de un año, y Sara tendrá un hijo" (Génesis 18:13-14, NTV).
Dios respondió a la pregunta retórica de Sara ("¿Acaso puede una mujer vieja como yo tener un bebé?") con una de las suyas: "¿Existe algo demasiado difícil para el Señor?". En otras palabras, Dios respondió a la incredulidad de Sara con Su seguridad: "¡Nada es demasiado difícil para mí!".
Cuando Sara dudó del Señor, estaba cuestionando tanto Su veracidad como Su capacidad. Sara no es diferente a nosotros. A veces dudamos de que Dios cumpla Sus promesas. No creemos en el poder del Señor para hacer lo que Él dice que hará en Su Palabra. Y Dios, a través de Génesis 18:14, nos hace la misma pregunta: "¿Hay para Dios alguna cosa difícil?".
Dios formuló la pregunta retóricamente, pero la Biblia responde categóricamente: "No, nada es demasiado difícil para el Señor". El profeta Jeremías dijo: "¡Ah, Señor Dios! Ciertamente, Tú hiciste los cielos y la tierra con Tu gran poder y con Tu brazo extendido. Nada es imposible para Ti" (Jeremías 32:17, NBLA). De nuevo Dios reconoció: "Yo soy el Señor, el Dios de toda carne, ¿habrá algo imposible para Mí?" (Jeremías 32:27, NBLA).
"Yo conozco que todo lo puedes, y que no hay pensamiento que se esconda de ti", testifica Job 42:2. La Palabra de Dios nunca falla, sino que cumple todo lo que Dios se propone que haga (Isaías 55:10-11; Josué 21:45; Lucas 1:37). Sus palabras son verdad (2 Samuel 7:28). Cuando Dios hace una promesa, podemos estar seguros de que tiene el poder para cumplirla (Efesios 3:20-21; 2 Corintios 1:20). "Pues la palabra del Señor es verdadera y podemos confiar en todo lo que él hace", afirma el Salmo 33:4 (NTV).
Jesús dijo a Sus discípulos que, humanamente hablando, la salvación es imposible, "pero para Dios todo es posible" (Mateo 19:26, NTV). Sara miraba la capacidad, la fidelidad y la veracidad de Dios a través de una lente humana. La Biblia sugiere numerosas formas en las que las personas fracasan o se quedan cortas (Salmo 14:3, Juan 20:27; Romanos 1:25; Gálatas 1:6; Apocalipsis 2:4), y, sin embargo, hace hincapié en que Dios nunca defrauda a Su pueblo.
La fidelidad y la verdad son aspectos fundamentales del carácter de Dios (Apocalipsis 3:14; 19:11). Incluso "Si somos infieles, él permanece fiel, pues él no puede negar quién es" (2 Timoteo 2:13, NTV).
Finalmente, Sara se arrepintió de sus dudas y creyó a Dios. Isaac, el hijo prometido, nació un año después: "El Señor cumplió su palabra e hizo con Sara exactamente lo que había prometido. Ella quedó embarazada y dio a luz un hijo a Abraham en su vejez. Esto ocurrió justo en el tiempo que Dios dijo que pasaría" (Génesis 21:1-2, NTV).
Dios nos ha dado amplias pruebas de Su poder, fidelidad y veracidad. Por un simple acto de Su voluntad, creó de la nada el universo y todo lo que hay en él (Génesis 1-2; Juan 1:3; Colosenses 1:16). Dios mantiene los planetas en órbita y "extiende el cielo del norte sobre el espacio vacío y cuelga a la tierra sobre la nada" (Job 26:7). Él mantiene unidas todas las cosas y suple las necesidades de toda criatura viviente (Colosenses 1:17; Salmo 145:14-21). Sin duda, el Dios que hizo el cielo y la tierra (Salmo 121:2), que da vida y aliento a toda criatura y ser humano (Job 12:10), puede hacer que una anciana conciba y dé a luz un hijo.
La pregunta de Dios a Sara debería animarnos a examinar nuestro propio corazón. ¿Hay algún obstáculo de incredulidad que se interponga entre Dios y yo? ¿Acaso albergo dudas que me hacen reír de las promesas del Señor?
Si realmente creemos con un corazón de fe que Dios es quien dice ser, nada hará tambalear nuestra confianza en Él. Cuando Dios nos pregunte: "¿Hay para Dios alguna cosa difícil?", nuestra respuesta será un rotundo: "¡No! ¡Dios puede hacerlo todo!".