Pregunta: ¿Qué es el Helenismo, y cómo influyó en la iglesia primitiva?
Respuesta:
El Helenismo es el término usado para describir la influencia de la cultura griega en los pueblos que los imperios griego y romano conquistaron o con quienes interactuaron. Al regresar los judíos del exilio en Babilonia, buscaron proteger su identidad nacional siguiendo de cerca la ley. Esto condujo al surgimiento de los fariseos, sumamente conservadores y con sus leyes adicionales e innecesarias. Unos cien años después del regreso de los judíos, Alejandro Magno barrió el oeste de Asia, extendiendo su territorio desde su Grecia natal, hasta Egipto, y al este hasta la frontera de India. La influencia de la cultura griega continuó más allá del primer siglo a.C., cuando el Imperio Romano tomó control de Palestina. Los saduceos, rival de los fariseos, acogieron la influencia griega. Los saduceos eran aristócratas judíos adinerados y poderosos que abiertamente colaboraban con sus gobernantes gentiles para mantener la paz y garantizar cierta medida de influencia política. Todos los judíos fueron influenciados por la cultura griega, sin embargo. El idioma griego era tan conocido como el arameo nativo, el liderazgo judío pasó del sacerdocio ordenado por Dios al Sanedrín controlado por los saduceos, y la ley de la tierra reflejaba más las leyes griegas que las dadas por Moisés. El Helenismo también se expresó en formas menores, como Saulo adoptando el nombre de Pablo. El Helenismo tuvo una gran influencia durante los primeros años del cristianismo. A veces, la influencia se sentía indirectamente (caminos seguros para los misioneros) y a veces directamente (sinergismo teológico). Aquí hay algunas maneras en las que el Helenismo afectó al cristianismo:
Gnosticismo. Una de las influencias más peligrosas del pensamiento griego sobre el cristianismo concernía las creencias griegas sobre los reinos físico y espiritual. La filosofía griega enseñaba que la tierra no fue creada por el Dios Altísimo, sino por un subalterno, varios niveles por debajo, quien imbuido con la naturaleza física de su creación permeó con imperfección. Lo físico se veía como malo. Solo el espíritu era bueno. Estas creencias se manifestaron en varias maneras. Si lo físico es malo, entonces Jesús no puede ser completamente humano y completamente Dios; Él solamente parece ser físico, o Él no puede ser el Hijo de Dios. De manera similar, si lo físico es malo, no hay resurrección de los muertos. En cambio, la "salvación" es la reunión en espíritu con el Dios Altísimo.
Apatheia. El estoicismo fue una escuela de pensamiento griego que enseñaba que la mejor manera de vivir era entender la naturaleza y estar en sintonía con ella, reaccionar orgánicamente a ella, en lugar de luchar contra ella. Cuando la naturaleza se ve como una fuerza imparable, los deseos personales se desvanecen y se alcanza un estado de apatía, apatheia. Frente al malentendido y la constante amenaza de persecución sancionada por el estado, la iglesia primitiva encontró
consuelo en esta forma de pensar. La firmeza, el coraje y el autocontrol, incluso hasta el punto del martirio, eran virtudes muy valoradas y daban fuerza a los cristianos cuando su fe chocaba con el mundo. Estrechamente relacionado con el estoicismo está el concepto de providencia, la voluntad natural e imparable de Dios. Como no podemos cambiarla, el único recurso es entenderla y trabajar dentro de ella, como la Ciudad de Dios de Agustín afirma.
Rechazo del monoteísmo. La creencia judeocristiana en un solo Dios era completamente extraña para los griegos. Sin embargo, eran bastante tolerantes con otras religiones, no deseando destruir naciones, como los asirios, sino incorporarlas. La insistencia judía, y más tarde cristiana, en mantener su religión pura, divertía y a veces enfurecía a los griegos. Fue la causa de las Revueltas de los Macabeos, la destrucción de Jerusalén en el 70 d.C., y el martirio de muchos cristianos. El Helenismo no infiltró la creencia cristiana del monoteísmo, pero sí la rechazó, y los cristianos (y judíos) pagaron un alto precio por su fidelidad.
La Septuaginta. Durante el tiempo en que los judíos estuvieron dispersos en Babilonia y más lejos aún, muchos perdieron la habilidad de hablar y leer hebreo y por lo tanto no podían leer las Escrituras. Con el establecimiento del griego como el idioma universal, se presentó una solución. Desde el siglo III a.C. hasta el 132 a.C., eruditos judíos tradujeron las Escrituras hebreas al griego. El texto resultante, llamado la Septuaginta, es lo que citan la mayoría de los escritores del Nuevo Testamento. También introdujo la palabra griega Cristo para el Mesías hebreo.
Apologética. Incluso la palabra apologética proviene del griego. Significa "la práctica de defender una creencia a través de un discurso o explicación lógica". La palabra real se encuentra en la explicación de Pablo a Festo y Agripa (Hechos 26:2), su defensa del evangelio a los Filipenses (Filipenses 1:7, 16), y la admonición de Pedro de tener siempre una respuesta lista (1 Pedro 3:15). Pablo y los apologistas cristianos posteriores usaron varios métodos griegos para argumentar la validez del cristianismo:
- Argumento cosmológico. Aunque su deidad no se asemejaba en nada al Dios de la Biblia, Platón sí discutía sobre la existencia de un "motor inmóvil". Si el universo tuvo un comienzo, entonces debe haber habido algo fuera del universo para iniciar la creación. Tomás de Aquino reutilizó esta filosofía griega para señalar a Dios.
- Argumento teleológico. Los físicos están descubriendo cada vez más cómo el universo está finamente sintonizado. Parece haber varias constantes universales que son tan precisas que un cambio minúsculo en alguna de ellas haría la existencia del universo imposible. Parece que el universo ha sido especialmente diseñado para la existencia de la vida humana. Esta observación fue reportada por primera vez por Sócrates, quien consideró la utilidad de los párpados. Platón también dedujo que el creador debió haber tenido una idea del orden natural antes de la creación para hacer un mundo tan ordenado. Esta filosofía fue retomada más tarde por escritores cristianos como Marco Minucio Félix, Agustín y Aquino.
- Debate. Además de los estilos argumentativos específicos, Pablo fue capaz de usar la cultura filosófica griega en beneficio del cristianismo. Aunque sus viajes misioneros lo llevaron a muchas sinagogas y otros lugares de reunión judíos, también se dirigió a los ciudadanos romanos en lugares especialmente diseñados para debates. Hechos 17:16-34 habla de su tiempo en el Areópago en Atenas.
Logos. Juan 1:1 es uno de los muchos ejemplos en los cuales las Escrituras cristianas usan conceptos griegos para explicar una verdad: "En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios." Este "Verbo," refiriéndose a Jesús, es el Logos griego. Logos originalmente significaba "una opinión, palabra, discurso, o razón," pero los estoicos llegaron a asociarlo con la fuerza creativa espiritual en el universo: razón dentro de lo físico. Esto está relacionado con la "forma" de Platón, que él definía como el modelo último, perfecto, que se mantiene en la mente o reino del Creador, en el cual se basan las cosas terrenales. La identificación de Jesús como el Logos significa que sus enseñanzas reflejan directamente las verdades universales de la creación.
Aunque la cultura griega ejerció influencia sobre la difusión, el lenguaje y la cultura del cristianismo, e incluso generó cultos no bíblicos, no afectó a la teología ortodoxa. La historia de un solo Dios trino, y la muerte y resurrección de Jesucristo, permanecen absolutamente inalteradas por el Helenismo. Los mártires fueron a sus tumbas para asegurar que el mensaje del evangelio permaneciera verdadero. El Helenismo en los días de la iglesia primitiva sigue siendo un ejemplo de cómo utilizar una cultura para difundir el mensaje sin permitir que la cultura cambie el mensaje.