Respuesta:
El Nuevo Testamento menciona a varios Herodes diferentes, desde Mateo 1 hasta Hechos 26. Herodes Agripa I es uno de los gobernantes designados por Roma en Israel de la dinastía Herodiana.
Herodes el Grande fue el "rey de los judíos" al nacer Jesús e intentó matarlo (Mateo 2). Herodes Antipas fue rey durante los ministerios de Juan el Bautista y Jesús. Antipas ejecutó a Juan (Marcos 6) y más tarde se negó a juzgar a Jesús, devolviéndolo a Pilato (Lucas 23:7–12). En Hechos 4:27, Herodes Antipas (simplemente llamado Herodes) es mencionado como uno de los culpables de la crucifixión de Jesús. Hechos 12 habla de Herodes como un perseguidor de los apóstoles, pero se trata de un Herodes distinto: Herodes Agripa I.
Herodes Antipas fue gobernante en Galilea, pero Herodes Agripa I, líder de la persecución en Hechos, gobernó como rey en Jerusalén. Lucas, el escritor de Hechos, no vio la necesidad de explicar quiénes eran los Herodes, ya que sus lectores lo sabrían. Además, Herodes era un nombre de familia casi sinónimo de "gobernante", por lo que se podría usar de la misma manera que hoy un escritor podría hablar de "el presidente" o "el sheriff" sin detenerse a explicar cada vez que podría estar hablando de una persona diferente ocupando el cargo.
Herodes Agripa I fue rey de Judea entre los años 41 y 44 d.C.. Era nieto de Herodes el Grande y sobrino de Herodes Antipas. Una serie de prefectos (entre los que se encontraba Pilato) había gobernado Judea como provincia romana durante más de 30 años. Roma colocó a Agripa I en el trono como rey mandatario durante unos 3 años. Agripa había pasado un tiempo en Roma, donde entabló amistad con el emperador Tiberio y los futuros emperadores Calígula y Claudio. Estas amistades le ayudaron a afianzar su posición gobernante. Tras la muerte de Agripa, fue sustituido por un procurador romano.
Como representante de Roma, el trabajo del rey de Judea consistía principalmente en mantener la paz. Herodes Agripa I sabía que, si algo preocupaba a la población judía, apaciguarla era lo que más le convenía. Aparentemente, mantener la paz era la razón de Agripa para perseguir a la iglesia. Hechos 12:1-3 informa: "el rey Herodes echó mano a algunos de la iglesia para maltratarles. Y mató a espada a Jacobo, hermano de Juan. Y viendo que esto había agradado a los judíos, procedió a prender también a Pedro". Lucas atribuye específicamente la detención de Pedro al hecho de que agradó a los judíos.
Pedro no murió a manos de Herodes Agripa, sino que fue rescatado milagrosamente de la prisión (Hechos 12:5–17). Cuando se descubrió que Pedro había escapado, "hubo no poco alboroto entre los soldados" (versículo 18). Herodes Agripa estaba frustrado: "Mas Herodes, habiéndole buscado sin hallarle, después de interrogar a los guardas, ordenó llevarlos a la muerte. Después descendió de Judea a Cesarea y se quedó allí" (versículo 19).
Fue en Cesarea donde Herodes Agripa I encontró su fin. "Y Herodes estaba enojado contra los de Tiro y de Sidón; pero ellos vinieron de acuerdo ante él, y sobornado Blasto, que era camarero mayor del rey, pedían paz, porque su territorio era abastecido por el del rey. Y un día señalado, Herodes, vestido de ropas reales, se sentó en el tribunal y les arengó. Y el pueblo aclamaba gritando: ¡Voz de Dios, y no de hombre! Al momento un ángel del Señor le hirió, por cuanto no dio la gloria a Dios; y expiró comido de gusanos" (Hechos 12:20–23). A partir de la información que Lucas proporciona, uno podría esperar que Agripa fue de repente abrumado por gusanos que le consumieron en cuestión de segundos, y uno puede imaginarse cómo esto podría ser representado de manera grotesca en una película de Hollywood. Pero Lucas no dice que Herodes murió inmediatamente, sólo que fue "herido" inmediatamente. Según Josefo, Herodes Agripa I fue inmediatamente incapacitado por un dolor severo en su estómago; el dolor persistió durante cinco días antes de que muriera. El libro de Hechos nos dice que la causa de la muerte fueron gusanos (probablemente parásitos) directamente de la mano de Dios.
El destino de Herodes Agripa I es un claro recordatorio de que no conviene luchar contra Dios (ver también Salmo 1). Mientras el rey Herodes se retorcía en una cama de dolor con gusanos en sus entrañas, el apóstol Pedro estaba libre para difundir el evangelio y servir al Señor. Herodes murió, "pero la palabra del Señor crecía y se multiplicaba" (Hechos 12:24).