Pregunta: ¿Qué significa el término "Icabod" en la Biblia?
Respuesta:
El término Icabod se encuentra en dos lugares de la Biblia, 1 Samuel 4:21 y 14:3. Icabod era el hijo de Finees y el nieto de Elí, el sacerdote del Señor en Silo. La triste historia de Elí y sus dos hijos desobedientes, Finees y Ofni, se encuentra en 1 Samuel, capítulos 2 y 4. Ofni y Finees murieron en batalla con los filisteos que capturaron el Arca del Pacto y se la llevaron de Israel. Al escuchar esta terrible noticia, Elí se cayó de espaldas de su silla, se rompió el cuello y murió. La esposa de Finees, que estaba embarazada, se puso de parto y tuvo un hijo.
"Y llamó al niño Icabod, diciendo: ¡Traspasada es la gloria de Israel! por haber sido tomada el arca de Dios, y por la muerte de su suegro y de su marido. Dijo, pues: Traspasada es la gloria de Israel; porque ha sido tomada el arca de Dios" (1 Samuel 4:21-22). La palabra Icabod literalmente significa "sin gloria" o "no hay gloria", y en su dolor y desesperación, la mujer (que no es nombrada en las Escrituras) lamentó la pérdida de la gloria de Dios de Israel.
La gloria de Dios se utiliza para describir el favor de Dios y las bendiciones hacia Su pueblo. En el Antiguo Testamento, la gloria de Dios se ve como una columna de fuego y nube que seguía a los israelitas durante el éxodo de Egipto, guiándolos y protegiéndolos (Éxodo 13:21). Una vez que se construyó el Arca el Pacto y se colocó en el tabernáculo en el desierto, y más tarde en el templo en Jerusalén, la gloria de Dios residía allí como un símbolo de Su presencia entre Su pueblo. Cuando los filisteos capturaron el Arca, la gloria se apartó de los israelitas, Icabod se hizo realidad.
Jesús se refiere más tarde al concepto de la gloria de Dios abandonando Israel. En Su último mensaje a la población de Israel, Su última palabra a los líderes religiosos fue: "¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de las alas, y no quisiste! He aquí vuestra casa os es dejada desierta" (Mateo 23:37–38). Esa fue su última declaración de juicio sobre Israel por el rechazo de su Mesías. Él ha acusado a sus líderes y, al acusar a los líderes, acusó a todo el pueblo que siguió a los líderes. Y ahora dice que la casa de ellos es dejada desierta, Icabod, la gloria se va.
Fíjate que Él dice que su casa está desolada (la del pueblo). No Mi casa, no la casa de Mi Padre, como solía llamarla. Ahora es su casa porque Dios se ha ido, ¡Icabod! Dios ya no está allí, no es la casa del Padre; no es Mi casa; es su casa. La palabra griega, traducida como "desierta", significa "abandonada a la ruina". Este lugar está en abandono. Dios se ha ido. Está maldito, destinado a la ruina. Y no volverán a ver a Jesús hasta que venga en plena gloria mesiánica (Mateo 23:39).
Es algo terrible experimentar la pérdida de la gloria de Dios. Y mientras que la ruina de Israel fue temporal hasta que "la plenitud de los gentiles" fuera llevada al reino de Dios en la tierra (Romanos 11:25), uno se pregunta cuántas iglesias hoy en día han perdido la gloria del Señor, ya sea voluntaria o inconscientemente. Las mismas cosas que causaron Icabod en Israel, el pecado, la desobediencia, la idolatría, están presentes en muchas de las iglesias de hoy. Los cristianos nunca debemos dar por sentada la gloria de Dios en medio de nosotros, no sea que un día nos despertemos y descubramos que Icabod se ha hecho realidad entre nosotros.
