Pregunta: ¿Cuál es la importancia del Imperio Griego en la historia bíblica?
Respuesta:
La historia judía está marcada indeleblemente por el breve dominio de Alejandro Magno sobre el imperio griego. Si bien la historia del Imperio griego no está registrada en la Biblia, sí tenemos profecía relevante. Otra fuente de información sobre la influencia griega en la historia de los judíos son los libros apócrifos, específicamente 1 y 2 Macabeos.
Conquistas de Alejandro
En el 336 a.C., una época en la que Grecia estaba compuesta por ciudades-estado y sus provincias circundantes, Alejandro sucedió a su padre, Filipo, como rey de Macedonia. Inmortalizado como Alejandro Magno, no tenía comparación en la velocidad con la que conquistó nuevas tierras. En solo 13 años, Alejandro derrotó a Siria y Egipto, derribó al Imperio Medo-Persa y llegó hasta la India.
El reino griego fue profetizado por Daniel en los capítulos 2, 8 y 11 de su libro. Daniel 2 cuenta la interpretación del sueño de Nabucodonosor II, que predijo los imperios babilónico, medo-persa, griego y romano. Daniel 11 se refiere específicamente al reino de Grecia. A Alejandro, aunque no se le menciona por nombre, se le llama "un rey fuerte... que dominará con gran poder y hará lo que le plazca" (Daniel 11:2-3).
Daniel 8 es aún más específico. El profeta tiene una visión de un carnero con dos cuernos (que simboliza a los medos-persas) atacado por un cabrío que se mueve rápidamente con un solo cuerno grande. Después de que el cabrío mata al carnero, su cuerno se rompe "en lo más alto de su poder", y cuatro otros cuernos crecen en su lugar (Daniel 8:1-8).
El ángel Gabriel explica la visión: el cabrío significa Grecia, y el cuerno prominente es "el primer rey" (Alejandro). La ruptura del cuerno significa la muerte prematura del rey, y los cuatro cuernos más pequeños representan un reino dividido. La profecía, que Daniel registró 200 años antes, se cumplió en cada detalle: Alejandro murió en Babilonia en el 323 a.C. a la edad de 33 años. Su reino fue dividido entre sus cuatro generales: Ptolomeo, Seleuco, Lisímaco y Casandro.
El Imperio Griego Dividido y el Periodo Hasmoneo
Para la historia del imperio griego dividido y cómo impactó la historia judía, nos volvemos a los libros apócrifos. Los generales de Alejandro Magno "se ciñeron de coronas, y así sus hijos después de ellos por muchos años; y se multiplicaron los males en la tierra" (1 Macabeos 1:9). El Imperio Seléucida terminó con el control sobre Palestina y Jerusalén. Uno de los reyes seléucidas fue Antíoco IV, quien se llamaba a sí mismo "Antíoco Epífanes" ("Epífanes" significa "dios manifiesto").
En el 167 a.C., Antíoco cometió una "abominación desoladora"; específicamente, estableció un altar al dios griego Zeus dentro del templo judío y sacrificó un cerdo en él. Antíoco procedió a requerir sacrificios paganos en todas las aldeas judías. En la aldea de Modín, un levita llamado Matatías, que tenía cinco hijos, fue instado a hacer el sacrificio. Matatías se negó, mató a las tropas y a la persona que se había ofrecido voluntaria para hacerlo. Esto desencadenó la Revuelta de los Macabeos, liderada por los hijos de Matatías. Israel consiguió su libertad de los Seléucidas durante un tiempo y más tarde fue reconocido como un estado independiente por el Senado romano. Los años en los que los judíos fueron liderados por los descendientes de Matatías se llaman el período Maccabeo o Hasmoneo.
Helenismo
Quizás tan impresionante como el éxito militar de Alejandro fue su promoción de la cultura griega, llamada Helenismo. En cada ciudad que Alejandro conquistaba, instituía escuelas para enseñar la filosofía griega y el griego koiné, que se convirtió en la lengua franca del mundo conocido. Alejandro también tenía la costumbre de renombrar ciudades con su nombre: al menos 11 ciudades aún se llaman "Alejandría" hoy. La más famosa es Alejandría de Egipto, que, junto con Antioquía de Siria, era un centro del pensamiento helenístico. Estos centros de helenismo precipitaron un gran cambio cultural y tuvieron un enorme impacto en la historia mundial, especialmente en la historia bíblica. El Nuevo Testamento fue escrito en griego koiné. El uso generalizado del idioma griego ayudó a compartir el evangelio desde India hasta España. La filosofía griega nos dio el concepto del logos, que Juan usó como una forma de comunicar la naturaleza de Cristo (Juan 1:1). Antioquía se convirtió en el punto de lanzamiento de los viajes misioneros de Pablo y en Antioquía fue donde por primera vez se les dio a los discípulos el nombre de cristianos (Hechos 11:26).