Respuesta:
Jesús eligió a Judas Iscariote como uno de los doce discípulos. Judas era "un diablo" (Juan 6:70–71), "un ladrón" (Juan 12:6), un incrédulo (Juan 6:64) y estaba espiritualmente sucio (Juan 13:10), aunque tenía una posición respetada dentro del grupo (Juan 13:29). Dado que Jesús "sabía lo que había en el hombre" (Juan 2:25), puede resultar desconcertante que eligiera a Judas, quien más tarde lo traicionaría.
Jesús eligió a Judas como discípulo porque, en última instancia, Judas encajaba en el plan de Dios. Jesús había venido a la tierra para morir por la redención de los pecadores. Esa muerte, "el justo por los injustos" (1 Pedro 3:18), no fue un accidente, sino que fue el propósito previsto de Dios. Cuando Juan el Bautista vio a Jesús venir para el bautismo, habló de Jesús como un sacrificio: "He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo" (Juan 1:29).
Jesús no se dejó engañar por Judas. Sabía exactamente cómo era Judas y lo que iba a hacer: "Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían, y quién le había de entregar" (Juan 6:64). En Judas, tenemos un claro ejemplo de cómo una persona puede ser religiosa, oír la Palabra de Dios que se enseña, ser testigo de auténticos milagros y, según todas las apariencias, parecer salva y, sin embargo, no nacer de nuevo.
Una de las razones por las que Jesús eligió a Judas fue que la profecía tenía que cumplirse. Hablando de Su inminente traición, Jesús dice: "A la verdad el Hijo del Hombre va, según está escrito de él" (Mateo 26:24; cf. Juan 13:18).
Tras la resurrección de Cristo, Pedro también señala la profecía cumplida en relación con Judas: "Hermanos, tenía que cumplirse la Escritura en que por boca de David el Espíritu Santo predijo acerca de Judas, el que se hizo guía de los que prendieron a Jesús" (Hechos 1:16, NBLA). También relaciona las acciones de Judas con los Salmos 69:25 y 109:8 (Hechos 1:20).
Otra razón por la que Jesús eligió a Judas fue que tenía que cumplirse el plan soberano de Dios. En Hechos 2:23, Pedro afirma en su sermón al pueblo de Jerusalén que "este fue entregado por el plan predeterminado y el previo conocimiento de Dios, y ustedes lo clavaron en una cruz por manos de impíos y lo mataron" (Hechos 2:23, NBLA). La traición de Jesús no sólo fue conocida de antemano por Dios, sino que formaba parte de Su "plan definido".
Por lo tanto, Jesús eligió a Judas para cumplir la profecía y porque el plan de Dios requería que alguien traicionase al inocente Hijo del Hombre. Sin embargo, nada de esto significa que Judas y otros que condenaron y crucificaron a Jesús estuvieran sin culpa. Judas Iscariote era responsable de lo que había decidido hacer. Jesús dijo: "A la verdad el Hijo del Hombre va, según está escrito de él, mas ¡ay de aquel hombre por quien el Hijo del Hombre es entregado! Bueno le fuera a ese hombre no haber nacido" (Marcos 14:21).
Pedro también habla del plan soberano de Dios y de la culpa de los que actúan de forma pecaminosa. En Hechos 3:17 Pedro dice: "Mas ahora, hermanos, sé que por ignorancia lo habéis hecho, como también vuestros gobernantes. Pero Dios ha cumplido así lo que había antes anunciado por boca de todos sus profetas, que su Cristo había de padecer. Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados" (Hechos 3:17-19). Aunque el pueblo había "actuado por ignorancia" en el cumplimiento de la profecía, y aunque Cristo tenía que sufrir según el plan de Dios, las personas que provocaron la muerte de Jesús eran culpables y tenían que "arrepentirse".
A lo largo de la Biblia, vemos que Dios puede utilizar incluso las acciones más perversas de la humanidad para el bien (ver Génesis 50:20). Nada podría ser más malvado que traicionar y asesinar al Hijo de Dios, pero a pesar de esa maldad -incluso a través de esa maldad- Dios proveyó la salvación y "despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz" (Colosenses 2:15).
Dios no crea el mal, pero lo controla. Dios no participa en el pecado, pero, en Su poder y sabiduría, Dios puede utilizar, y a veces utiliza, el pecado que ya existe en nuestro mundo para cumplir Su propósito. Judas fue elegido con el conocimiento previo de Dios de que traicionaría a Jesús, pero su traición, en lugar de detener el plan de Dios para la salvación, en realidad lo adelantó.