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Pregunta: ¿Qué significa que Jesús es la luz verdadera (Juan 1:9)?

Respuesta:
El apóstol Juan abre su Evangelio con una presentación sistemática del Señor Jesucristo en 18 versículos. Un aspecto clave de la naturaleza de Cristo que destaca Juan es que es portador de luz. Jesús trae la revelación de la vida y la luz de Dios a un mundo oscuro (versículos 4-5). En Juan 1:6-9, el apóstol explica que Juan el Bautista no era más que un testigo de la luz, pero Jesús es la verdadera luz: "Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan. Este vino por testimonio, para que diese testimonio de la luz, a fin de que todos creyesen por él. No era él la luz, sino para que diese testimonio de la luz. Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo".

El mensaje de Juan el Bautista era iluminador, pero no era la luz verdadera. Jesús es la luz verdadera, lo real, lo auténtico, lo genuino: Dios en la carne. Sólo Él revela la gloria de Dios en el mundo, porque es Dios encarnado que "fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad" (Juan 1:14; ver también 1 Timoteo 3,16; 1 Juan 1,1-2; 4,2).

Al afirmar que Jesús es la verdadera luz que viene al mundo, Juan lo relaciona directamente con el Mesías de Israel, tal como predijeron los profetas: "El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz; los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos" (Isaías 9:2; ver también Isaías 49:6; 60:1-2; Malaquías 4:2).

Jesús es "el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia" (Hebreos 1:3). Él irradia la luz, la verdad y la vida de Dios al mundo y al corazón de los hombres. Jesús mismo declaró: "Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida" (Juan 8:12; ver también Juan 9:5). En la transfiguración de Cristo, Pedro, Jacobo y Juan vislumbraron la luz verdadera cuando el rostro de Jesús "resplandeció...como el sol, y sus vestidos se hicieron blancos como la luz" (Mateo 17:2). En el libro del Apocalipsis, Juan describe el rostro de Jesús "como el sol cuando resplandece en su fuerza" (Apocalipsis 1:16). Él es la "estrella resplandeciente de la mañana" (Apocalipsis 22:16).

Jesús es la verdadera luz de Dios para quienes participan de Su salvación. Cuando recibimos a Jesucristo como Señor y Salvador, Él hace que "de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo" (2 Corintios 4:6). Los que confían en Jesús y "creen en la luz" se convierten en "hijos de la luz" (Juan 12:35-36, 46). Como hijos de la luz, estamos llamados a llevar Su "salvación hasta lo último de la tierra" (Hechos 13:47). Jesús dijo: "Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos" (Mateo 5:16).

Son necesarios varios elementos para sostener la vida humana: la luz, el aire, el agua y los alimentos están entre los más importantes. Jesús es la verdadera luz, es decir, es nuestra fuente esencial de vida. Sin luz, es imposible sostener la vida de cualquier especie en la Tierra. Si el sol deja de brillar, todo morirá. Jesús no sólo es nuestra luz, sino también el aire espiritual que respiramos. Por medio de Su Espíritu Santo, sopla en nosotros el "aliento de vida" (Juan 3:8; 20:22). Jesús es también el "agua viva" que, por Su Espíritu Santo, se convierte en nosotros en "una fuente de agua que salte para vida eterna" (Juan 4:10-14; 7:37-39).

Jesús declaró ser "el verdadero pan del cielo" (Juan 6:32). Él es el auténtico "pan de vida" (Juan 6:35). Él es la fuente que nos da y mantiene la vida. Él cubre plenamente todas nuestras necesidades y satisface perfectamente nuestras almas. En Juan 15:1-17, Jesús reveló que Él es "la vid verdadera", y que Su Padre es el dueño del viñedo. A los seguidores de Cristo se les describe como sarmientos que dan fruto. Son los verdaderos creyentes que "permanecen en la vid". Jesús es todo lo que necesitamos para vivir, porque es Dios, es "el manantial de la vida" (Salmo 36:9).

"Jesús es la luz verdadera" es la forma inequívoca que tiene Juan de afirmar que Jesucristo es la última, única y genuina auto-revelación de Dios al hombre. El Verbo de Dios se hizo carne y sangre, y Jesucristo es "la luz del mundo". En Él "no hay ningunas tinieblas" (1 Juan 1:5). Su luz es nuestra "luz y nuestra salvación" (Salmo 27:1). Jesucristo es la verdadera luz de Dios enviada al mundo para atravesar las tinieblas. Mediante Su vida, Su ministerio y Su mensaje, Jesús llevó la luz y la vida de Dios a todas las personas con las que se encontró. Esa luz sigue brillando en la tierra a través de Su Iglesia (Efesios 5:8; Filipenses 2:15).

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