Respuesta:
La muerte de Jesús fue el sacrificio final que pagó la deuda del pecado para todos (Hebreos 9:28). Su muerte fue el propósito final de su ministerio. De hecho, Jesús predijo su muerte al menos tres veces en los Evangelios Sinópticos (Mateo, Marcos y Lucas), y el libro de Juan ofrece incluso más predicciones.
La primera vez que Jesús predijo su muerte se detalla en Mateo 16:21–23, Marcos 8:31–32 y Lucas 9:21–22. Jesús acababa de alimentar a las multitudes, y dijo que debía el "Hijo del Hombre padecer mucho" (Marcos 8:31); ser rechazado por los ancianos, los principales sacerdotes y los escribas; ser asesinado; y ser resucitado de nuevo. Entonces Pedro comenzó precipitadamente a reprender a Jesús, y Cristo respondió, “¡Quítate de delante de mí, Satanás!” (Mateo 16:23; Marcos 8:33). Jesús sabía que su muerte debía suceder. Era necesario en el plan de Dios para salvar al mundo.
Jesús predijo su muerte una segunda vez en Mateo 17:22–23, Marcos 9:30–32 y Lucas 9:43–45. Esto ocurrió poco después de la Transfiguración, cuando Pedro, Santiago y Juan vieron a Cristo en su gloria celestial. Quizás esta fue la razón por la que los discípulos estaban tan confundidos por Jesús diciéndoles que iba a morir. En este punto, ellos creían que Su reino estaba a la vuelta de la esquina. A pesar de su falta de comprensión, tenían "miedo de preguntarle" para aclarar (Marcos 9:32; Lucas 9:45).
Mateo 20:17–19, Marcos 10:32–34 y Lucas 18:31–34 describen la tercera vez que Jesús predijo su muerte. Les habló a sus discípulos mientras subían hacia Jerusalén para la Pascua, y les dijo cómo sería burlado, azotado, crucificado y luego resucitaría. En esta ocasión también, los discípulos no entendieron las palabras de Jesús porque el significado estaba oculto para ellos. Pronto aprenderían lo que Jesús quiso decir en los eventos del Viernes Santo y después.
El Evangelio de Juan da algunas predicciones más de la muerte de Jesús, pero son un poco más sutiles. Por ejemplo, cuando María ungió a Jesús con perfume costoso y Judas preguntó si debería haberlo vendido a los pobres, Cristo dijo, "Déjala; para el día de mi sepultura ha guardado esto. Porque a los pobres siempre los tendréis con vosotros, mas a mí no siempre me tendréis" (Juan 12:7-8). Aunque no es una predicción explícita como las tres anteriores, esta declaración de Jesús apuntaba claramente a su próxima muerte y sepultura. De nuevo, en Juan 13:33, Jesús insinuó que su tiempo era corto cuando les dijo a los discípulos, "A donde yo voy, vosotros no podéis ir". Finalmente, en Juan 14:25, Jesús habló sobre dar el Espíritu Santo en su ausencia, lo que insinuó su muerte y el futuro de la iglesia.
Jesús vino intencionalmente a la tierra para morir por nuestros pecados. Jesús dio a sus discípulos predicciones sobre su muerte y los eventos que siguieron "para que cuando suceda, creáis" (Juan 14:29).
