Respuesta:
Josué era el sumo sacerdote cuando los judíos regresaron del cautiverio babilónico a Jerusalén (Esdras 3:8). Este Josué es diferente del Josué que sirvió como segundo al mando de Moisés y que condujo a los israelitas a la Tierra Prometida después de la muerte de Moisés.
Josué, el sumo sacerdote, es hijo de Josadac (Hageo 1:1). Su nombre también aparece como Jesúa, y en Nehemías 7:7 aparece como uno del grupo que regresó de Babilonia. El profeta Hageo también menciona a Josué, el sumo sacerdote: "El año segundo del rey Darío, en el mes sexto, el día primero del mes, vino la palabra del Señor por medio del profeta Hageo a Zorobabel, hijo de Salatiel, gobernador de Judá, y al sumo sacerdote Josué, hijo de Josadac" (Hageo 1:1 − NBLA).
Cuando los judíos regresaron del exilio babilónico, comenzaron a construir sus propias casas, pero no pensaron en reconstruir el templo. A través de un mensaje del profeta Hageo, Dios llamó a Josué, el sumo sacerdote, y a Zorobabel, el gobernador, para liderar la reconstrucción del templo (Hageo 1:1–8). El mensaje de Hageo convenció al pueblo y comenzaron la construcción (Hageo 1:12). Josué, el sumo sacerdote, fue el líder espiritual que sirvió junto a los israelitas y los animó mientras trabajaban en la reconstrucción de la casa del Señor (Hageo 1:13–15).
Dios también utilizó al sumo sacerdote Josué como símbolo del futuro Mesías (Zacarías 3:8). Zacarías tuvo una visión del ángel del Señor dando a Josué, el sumo sacerdote, vestimentas limpias en lugar de sus vestimentas sucias. Esta acción simbolizaba la eliminación del pecado de Israel (Zacarías 3:3–4). Luego, el ángel le contó a Josué acerca del Renuevo que un día vendría a quitar los pecados del pueblo (Zacarías 3:8–9). Otra visión registrada por Zacarías no menciona a Josué, el sumo sacerdote, por su nombre, pero hace referencia a su oficio. Zacarías ve un candelabro de oro y dos olivos, con el candelero siendo alimentado con el aceite de los árboles (Zacarías 4:1–3). El ángel explica que los dos olivos simbolizan "los dos ungidos que están delante del Señor de toda la tierra" (Zacarías 4:14). Los dos ungidos serían Zorobabel, el gobernador, y Josué, el sumo sacerdote, a través de quienes el Señor estaba realizando Su obra.
Dios también le dijo al profeta Zacarías que hiciera una corona de plata y oro y la pusiera en la cabeza de Josué (Zacarías 6:11). Zacarías debía decir: ""Vendrá un hombre cuyo nombre es Renuevo, porque Él brotará del lugar donde está y reedificará el templo del Señor. Sí, Él reedificará el templo del Señor, y Él llevará gloria y se sentará y gobernará en Su trono. Será sacerdote sobre Su trono y habrá consejo de paz entre los dos oficios"" (Zacarías 6:12–13 − NBLA). La coronación sirvió como aliento para Josué en su obra de reconstruir el templo y también como una profecía del futuro Mesías, el rey sacerdotal que "llevará gloria". Incluso el nombre de Josué prefiguraba al Mesías. El nombre Josué es el equivalente hebreo de Jesús en griego.
Josué, el sumo sacerdote, prefiguraba al Mesías que vendría y que sería a la vez sumo sacerdote (Hebreos 6:20) y rey (Mateo 27:11). Jesús era el Renuevo profetizado que traería el perdón de los pecados para todos los que creyeran, y Josué, el sumo sacerdote, sirvió como símbolo de este Renuevo prometido cientos de años antes del cumplimiento de la profecía.