Respuesta:
La palabra “jubileo” —literalmente, “el sonido de una trompeta” en hebreo— se define en Levítico 25:9 como el año sabático después de siete ciclos de siete años (49 años). El quincuagésimo año debía ser un tiempo de celebración y regocijo para los israelitas. La corneta del carnero se soplaba en el décimo día del séptimo mes para comenzar el quincuagésimo año de redención universal.
El Año del Jubileo implicaba un año de liberación de las deudas (Levítico 25:23-38) y todo tipo de servidumbre (vv. 39-55). Todos los prisioneros y cautivos eran liberados, todos los esclavos eran liberados, todas las deudas eran perdonadas y todas las propiedades eran devueltas a sus dueños originales. Además, todos los trabajos debían cesar durante un año, y aquellos sujetos a contratos laborales eran liberados de ellos. Uno de los beneficios del Jubileo era que tanto la tierra como la gente podían descansar.
El Jubileo presenta una hermosa imagen de los temas del Nuevo Testamento de redención y perdón. Cristo es el Redentor quien vino a liberar a aquellos que son esclavos y prisioneros del pecado (Romanos 8:2; Gálatas 5:1; 3:22). La deuda del pecado que debemos a Dios fue pagada en la cruz cuando Jesús murió en nuestro lugar (Colosenses 2:13-14), y se nos perdonó la deuda para siempre. Ya no estamos en servidumbre, ya no somos esclavos del pecado, habiendo sido liberados por Cristo, y podemos entrar realmente en el descanso que Dios proporciona al dejar de trabajar para hacernos aceptables a Dios por nuestras propias obras (Hebreos 4:9-10).