Respuesta:
La Biblia menciona a dos hombres diferentes con el nombre de Lamec, ambos en el libro de Génesis. El primer Lamec era hijo de Metusael, y el segundo Lamec era hijo de Matusalén. Aunque los hombres tenían el mismo nombre y tenían padres con nombres muy parecidos, ahí es donde terminan sus similitudes.
El primer Lamec era un descendiente malvado de Caín. Después de que Adán y Eva fueron expulsados del Jardín del Edén como castigo por su pecado, tuvieron hijos. Dos de sus hijos fueron Caín y Abel. La Biblia nos dice que ambos hombres ofrecieron un sacrificio a Dios, y Dios aceptó el sacrificio de Abel, pero rechazó el de Caín (Génesis 4:3–5). Por celos, Caín asesinó a Abel a sangre fría. Dios castigó a Caín maldiciéndolo y enviándolo a vivir como fugitivo (versículos 11-12). Cuando Caín se quejó de la severidad del castigo, Dios marcó a Caín y prometió que cualquiera que le hiciera daño recibiría un castigo siete veces mayor (versículo 15).
Caín se estableció en la tierra de Nod y finalmente tuvo hijos (Génesis 4:16–18) que continuaron la tendencia al pecado. Lamec, hijo de Metusael, era el tataranieto de Caín, y siguió los caminos desobedientes y asesinos de Caín. Lamec se casó con dos mujeres, la primera mención de la poligamia en la Biblia, y cometió un asesinato. Otro hombre golpeó e hirió a Lamec de alguna manera, y Lamec lo mató por esta aparente pequeña ofensa. Luego, se jactó de su pecado ante sus dos esposas y se regocijó de no haber sufrido consecuencias: "Si siete veces será vengado Caín, Lamec en verdad setenta veces siete lo será" (versículo 24). Este Lamec fue el padre de Tubal-caín (versículo 22).
El otro Lamec era descendiente de Set. Después del destierro de Caín, Eva tuvo otro hijo y lo llamó Set. A diferencia de la línea pecaminosa de Caín, los descendientes de Set eran conocidos por su rectitud. Enoc, el tataranieto de Set, caminó tan cerca de Dios que Dios lo llevó directamente al cielo cuando Enoc tenía 365 años (Génesis 5:22–24). El hijo de Enoc, Matusalén (el hombre más viejo registrado en la Biblia), siguió la línea justa y tuvo a Lamec (versículo 25).
Cuando Lamec tenía 182 años, tuvo su propio hijo y lo llamó Noé, un nombre que suena como la palabra hebrea para "consuelo". Lamec dijo: "Este nos dará descanso de nuestra labor y del trabajo de nuestras manos, por causa de la tierra que el Señor ha maldecido" (Génesis 5:29 − NBLA). Lamec esperaba el día en que el Salvador prometido por Dios pusiera fin a la maldición de la tierra (cf. Génesis 3:15). Después de que Lamec murió, su hijo Noé fue conocido como un hombre justo en un mundo lleno de gran pecado y perversión (Génesis 6:90). Noé y su familia se salvaron del diluvio que Dios envió para juzgar la tierra y así pudieron continuar la descendencia de la promesa. Miles de años después, Jesucristo nacería del linaje de Set a través de Lamec (Lucas 3:37). La esperanza piadosa de Lamec de que la maldición terminaría se cumplió en Jesús, cuya muerte y resurrección eliminaron el reinado del pecado y la muerte.