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Pregunta: ¿Qué es el método socrático y tiene fundamento bíblico?

Respuesta:
El Método Socrático es una técnica lógica que hace hincapié en formular preguntas. Estas indagaciones tienen por objeto descubrir fallos o errores en alguna afirmación o postura. Este proceso recibe su nombre del famoso filósofo Sócrates, a quien se atribuye esta técnica en los escritos de su alumno, Platón. El uso que hizo Sócrates de este método difiere en cierta medida de cómo se aplica el proceso hoy en día, sobre todo debido a las diferentes suposiciones sobre la naturaleza de la verdad. Se utilizan diversas formas de Cuestionamiento Socrático en psicología, debate y educación.

Sócrates vivió en una época de brillantes oradores públicos. Estos oradores y retóricos eran expertos en presentar sus puntos de vista de forma positiva. Utilizando palabras atractivas y argumentos cuidadosamente elaborados, los conferenciantes animaban a los demás a adoptar su punto de vista. En cambio, Sócrates prefería proseguir el debate formulando preguntas sobre el punto de vista de la otra persona. Estas peticiones obligarían a la otra persona a justificar, explicar o desarrollar más su idea inicial. Mediante estos diálogos, Sócrates descubriría debilidades, contradicciones o fallos en su postura, sobre todo a través de las propias respuestas de la otra persona.

El Método Socrático original difiere del uso moderno del Cuestionamiento Socrático debido al cambio de perspectiva sobre la verdad. En opinión de Sócrates, toda verdad era evidente por sí misma, hasta cierto punto. La mente de cada persona ya "conocía" la verdad, pero no necesariamente se "daba cuenta" de ella. Esto se demuestra de forma célebre en la obra de Platón Meno, donde Sócrates habla con un muchacho esclavo sin educación. Utilizando nada más que preguntas y las propias respuestas lógicas del muchacho, Sócrates le "enseña" geometría. Esto muestra el objetivo original del Método Socrático como medio para descubrir la verdad a través de la indagación.

Las aplicaciones modernas de este método, más comúnmente conocido como Cuestionamiento Socrático, casi siempre abordan la verdad desde una perspectiva diferente. Los psicólogos y educadores suelen utilizar preguntas intencionadas para ayudar a las personas a conectar los puntos entre ideas que ya conocen, que son capaces de deducir o que simplemente necesitan aclarar. En la práctica, esto se ajusta a la intención original de Sócrates, aunque los supuestos de la visión del mundo son diferentes. En lógica, debate y otros ámbitos, el Cuestionamiento Socrático se utiliza como "prueba de fuego" de una postura, en busca de debilidades o autocontradicciones.

Fundamentalmente, el uso moderno del Método Socrático y del Cuestionamiento Socrático no suele proceder con la intención de determinar la verdad. Más bien, el método se utiliza para poner a prueba o aclarar una postura. A diferencia de Sócrates, pocas personas creen hoy que toda la verdad -científica, matemática y moral- esté presente en todas las mentes, a la espera de ser descubierta. Casi todas las referencias al "Método Socrático", en un contexto moderno, son en realidad ejemplos de "Cuestionamiento Socrático".

Desde el punto de vista bíblico, es importante la diferencia entre examinar los propios puntos de vista y la "verdad autorrevelada". Las Escrituras registran muchas declaraciones que se describen justamente como ejemplos de Cuestionamiento Socrático. Las más dramáticas provienen de Jesús en sus conversaciones con Sus críticos. Cuando se le cuestionó sobre el pago de impuestos, la respuesta de Jesús: "¿De quién es esta imagen y la inscripción?", encarna la esencia del método socrático (ver Marcos 12:13-17, NBLA). La intención era demostrar un fallo en el pensamiento de la otra parte. Lo mismo ocurre cuando Jesús responde utilizando preguntas en los encuentros con el joven rico (Mateo 19:16-22) y con Pilato (Juan 18:33-38).

Se anima a los cristianos a aplicar el espíritu del Método Socrático, si no la técnica real, a su propia vida espiritual (1 Juan 4:1; 1 Corintios 11:27-29). El mandato bíblico de "Examínense a sí mismos" (2 Corintios 13:5, NBLA) es paralelo a la ocurrencia de Sócrates de que "la vida no examinada no merece la pena ser vivida". Otros ejemplos bíblicos del enfoque socrático son Job 38:1-11 y Proverbios 18:17.

El Método Socrático, por sí mismo, no puede definir ni determinar la verdad. Por su propia naturaleza, lo único que puede hacer es iluminar aquellos casos en los que los supuestos, las definiciones o las relaciones entran en conflicto entre sí. Como con cualquier otro modo de lógica, esto no prueba que ninguno de esos componentes individuales sea falso, ni que sus opuestos sean verdaderos. Por ejemplo, podemos utilizar el Método Socrático para rebatir una afirmación según la cual "la aspirina alivia los dolores de cabeza porque las pastillas son amarillas". Demostrar que el color es irrelevante para la eficacia del medicamento no prueba en modo alguno que la aspirina no alivie los dolores de cabeza o que los provoque. Simplemente, demuestra que esa conexión concreta es insostenible.

El propio Método Socrático tampoco sugiere alternativas a las ideas que ataca. Por este motivo, un interrogador astuto -o calculador- puede formular las preguntas socráticas de modo que conduzcan a determinadas conclusiones. Incluso si esas preguntas inductoras son en sí mismas irracionales o se basan en premisas falsas, pueden conferir una apariencia de razón a un planteamiento que, de otro modo, sería irrazonable. Esta táctica es especialmente común en el trabajo de los ateos, al estilo de Peter Boghossian, que intentan utilizar el Cuestionamiento Socrático para desacreditar la fe religiosa. Este esfuerzo se basa en una definición descaradamente falsa de la fe, oscurecida mediante un uso calculado de la persuasión y la retórica, más que de la lógica real.

Es importante distinguir entre el uso de un método y el abuso de un método. En sí mismo, el Método Socrático no se ordena ni se condena en la Biblia. Los fundamentos más profundos del Método Socrático original no son bíblicos: el hombre no tiene acceso a "toda" la verdad, y algunos aspectos de la realidad no pueden aprenderse por pura deducción. En cambio, la aplicación más general del Cuestionamiento Socrático es algo que las Escrituras no solo demuestran, sino que recomiendan.

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