Pregunta: ¿Quiénes son los nicolaítas mencionados en Apocalipsis 2:6, 14-15?
Respuesta:
El origen exacto de los nicolaítas es incierto. Algunos comentaristas de la Biblia creen que eran una secta herética que seguía las enseñanzas de Nicolás, cuyo nombre significa "aquel que conquista al pueblo", que posiblemente era uno de los diáconos de la iglesia primitiva mencionado en Hechos 6:5. Es posible que Nicolás se convirtiera en un apóstata, negando la verdadera fe y formando parte de un grupo que sostenía "la doctrina de Balaam", que enseñó a Israel "a comer de cosas sacrificadas a los ídolos, y a cometer fornicación"(Apocalipsis 2:14). Clemente de Alejandría dice, “Se abandonaron al placer como cabras, llevando una vida de autocomplacencia”. Su enseñanza pervertía la gracia y reemplazaba la libertad por la licencia.
Otros comentaristas creen que estos nicolaítas no recibieron su nombre de ningún hombre, sino de la palabra griega Nicolah, que significa "a comer", ya que a menudo se animaban entre sí a comer cosas ofrecidas a los ídolos. Cualquiera que fuese la teoría verdadera, es cierto que las obras de los nicolaítas eran una abominación para Cristo. Ellos, al igual que los gnósticos y otros falsos maestros, abusaron de la doctrina de la gracia e intentaron introducir licencia en su lugar (2 Pedro 2:15, 19; Judas 1:4).
Jesús elogia a la iglesia de Éfeso por odiar las obras de los nicolaítas como Él hace (Apocalipsis 2:6). Sin duda, los líderes de la iglesia efesia protegieron a su rebaño de estas herejías destructivas y mantuvieron a su pueblo de cometer las mismas malas acciones. Todo pecado es odioso para Cristo, como debería ser para sus seguidores, ya que odiamos las malas acciones de los hombres, no a los hombres mismos. Para la iglesia en Pérgamo, Jesús no tuvo elogios, sino censura. A diferencia de los efesios, en realidad abrazaron las enseñanzas de los nicolaítas (Apocalipsis 2:15). Jesús les advierte que a menos que se arrepientan, están en peligro del juicio que seguramente caerá sobre aquellos que enseñan una doctrina falsa, atacan su iglesia y destruyen a su pueblo. La espada del juicio está sobre sus cabezas y su paciencia no es infinita (Apocalipsis 2:16; 19:15).
La lección para nosotros es que la iglesia del Señor Jesús a lo largo de las edades ha estado plagada de aquellos con el espíritu de los nicolaítas. La única manera de reconocer una enseñanza falsa es estar íntimamente familiarizado con la verdad a través del estudio diligente de la Palabra de Dios.
