Respuesta:
El llamado Pánico Satánico fue una gran preocupación de ciertos grupos estadounidenses (normalmente conservadores) en los años 80 y 90 por las acusaciones de abuso ritual satánico (o ARS) en diferentes contextos. Básicamente, algunos cristianos evangélicos y grupos similares se preocuparon de que el abuso ritual satánico fuera un problema importante y que una red oculta de satanistas había ganado control de la sociedad secular y la cultura pop. El "pánico" por el abuso ritual satánico fue impulsado en parte por el sensacionalismo de los medios de comunicación, oradores cristianos conocidos, y la facilidad de algunos para creer cualquier acusación de actividad demoníaca. Por lo tanto, el Pánico Satánico, tenía por lo menos una similitud superficial con los juicios de Salem, que también fueron impulsados en gran parte por la preocupación religiosa sobre lo oculto y quienes lo practicaban.
El Pánico Satánico se basó principalmente en temores mayormente sin fundamento y el sensacionalismo de los medios. Mirando hacia atrás en el Pánico Satánico desde una perspectiva bíblica, podemos citar algunas lecciones aprendidas. Una lección fundamental es que no debemos apresurarnos a acusar (o creer) las alegaciones de actividad satánica o demoníaca. En cambio, esto es lo que debemos hacer: "Examinadlo todo; retened lo bueno. Absteneos de toda especie de mal" (1 Tesalonicenses 5:21-22). Así pues, solo después de haber confirmado la veracidad de cualquier testimonio o afirmación, debemos evaluar su contenido, para determinar si representa una realidad buena o mala.
Equilibrando eso, no tenemos que ser muy escépticos a la hora de creer en la actividad de Satanás y sus demonios en el mundo. Debemos reconocer que el "adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar" (1 Pedro 5:8) y que "el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz" (2 Corintios 11:14). Por lo tanto, es muy posible que haya casos reales de ARS entre un gran número de informes falsos o tergiversados. De nuevo, solo un análisis detallado y critico de la evidencia puede justificar una conclusión a favor o en contra.
El mensaje del evangelio es uno de esperanza: Satanás y sus aliados son enemigos poderosos pero derrotados (2 Tesalonicenses 2:9; Colosenses 2:15), a la luz de la obra victoriosa de Cristo en la cruz. Los cristianos deben estar conscientes del peligro que Satanás representa como engañador (2 Juan 1:7) y tentador (Mateo 4:3), pero no necesitan temer que Satanás al final salga victorioso. Al contrario, las Escrituras nos aseguran que será derrotado por completo (Apocalipsis 20:10). Una actitud de pánico o miedo con respecto a la actividad de Satanás es, por lo tanto, es inadecuada para el creyente. Por el contrario, podemos descansar en la seguridad de que la soberanía de Dios se extiende incluso sobre las acciones y decisiones del diablo (Job 1:6-12; 2:1-6) y que Dios finalmente resultará victorioso sobre todo mal.