Respuesta:
Muchas de las herejías que surgieron en la iglesia primitiva fueron el resultado de individuos que sobre-enfatizaban o sub-enfatizaban varios aspectos de la Divinidad. Uno de las falsas interpretaciones con respecto a la Trinidad fue el Patripasianismo, la creencia de que Dios Padre sufrió y murió en la cruz junto con Dios Hijo, o más correctamente, el Padre sufrió como el Hijo. La palabra Patripasianismo significa literalmente "sufrimiento del Padre."
El Patripasianismo está estrechamente relacionado con el Monarquianismo Modalista y el Sabelianismo, ya que todos niegan la distinción personal del Padre, Hijo y Espíritu Santo, y enseñan en su lugar que Dios es una Persona que se manifiesta en tres diferentes formas. En esencia, el Patripasianismo dice que Dios Padre, al hacerse encarnado, se convirtió en su propio Hijo.
Alrededor del año 153 d.C., Justino Mártir escribió contra aquellos "que afirman que el Hijo es el Padre", una clara referencia al Patripasianismo (Primera Apología, cap. 63). Otros líderes cristianos primitivos que refutaron la herejía del Patripasianismo incluyen a Tertuliano, Orígenes, Atanasio y Crisóstomo.
El Patripasianismo todavía surge hoy en día. La popular novela (y película) La Cabaña enseña el error del Patripasianismo, junto con otras falsas doctrinas. En un punto, el protagonista, Mack, acusa a Papa (la figura de Dios Padre, que aparece como una mujer) de no preocuparse por el sufrimiento de las personas. En respuesta, Papa se sube las mangas y le muestra a Mack las marcas de los clavos en sus muñecas donde fue crucificada. Según La Cabaña, el Padre conoce el sufrimiento, ¿porque él (¿ella?) sufrió junto con el Hijo. Eso es Patripasianismo.
El Patripasianismo es una comprensión no bíblica de la relación entre las Personas de la Trinidad e incluso niega la existencia de Personas (plural), insistiendo en que solo existe una Persona en la Divinidad. La Biblia enseña la personalidad individual de los tres Miembros coeternos, coiguales de la Trinidad: Padre, Hijo, y Espíritu Santo. El propio título de Hijo de Dios implica un Padre que es distinto del Hijo (ver Hebreos 1:8). Segunda Corintios 5:19–21 no deja lugar para el Patripasianismo: “que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación... Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él”. En la cruz, Jesús oró al Padre (Lucas 23:34). ¿Estaba hablándose así mismo? No. El Patripasianista está equivocado.