Respuesta:
Nadab fue el hijo del rey Jeroboam I de Israel (1 Reyes 14:20; 15:25). Jeroboam había sido elegido por Dios para liderar a Israel después de que Dios dividiera el reino debido al pecado de Salomón (1 Reyes 11:11, 38). Jeroboam pudo haber dejado una gran dinastía a su hijo Nadab, pero se alejó de Dios y llevó a Israel a una maldad aún mayor. Por esto, Dios pronunció juicio en lugar de bendición sobre la casa de Jeroboam (1 Reyes 14:10–11). Cuando su padre murió, Nadab ocupó su lugar en el trono de Israel mientras Asa reinaba como rey en Judá. Nadab solo reinó por dos años, pero siguió los pasos de su malvado padre, Jeroboam, y llevó a Israel a un pecado mayor (1 Reyes 15:26).
El pecado de Jeroboam había sido la idolatría, y cuando Nadab reinó sobre Israel, siguió los pasos de su padre. Entonces Baasa conspiró contra Nadab, lo asesinó en territorio filisteo durante la guerra y usurpó el trono (1 Reyes 15:27–28). "Y en cuanto fue rey, Baasa hirió a toda la casa de Jeroboam. No dejó con vida a ninguno de los de Jeroboam, hasta destruirlos, conforme a la palabra que el Señor había hablado por medio de Su siervo Ahías el silonita" (versículo 29 − NBLA). La terrible profecía contra la casa de Jeroboam se había cumplido.
El rey Nadab fue uno de los tantos fracasos entre los hombres que intentaron gobernar al pueblo de Dios sin Dios. Los libros de Reyes y Crónicas describen los reinados de estos hombres, y se observa un patrón muy preocupante. Algunos comenzaron bien, pero el poder y la riqueza los desviaron de seguir a Dios, y empezaron a caer en el mal. La idolatría fue un problema constante, especialmente en el reino del norte de Israel.
El rey Nadab y otros reyes tuvieron la oportunidad de eliminar la idolatría en la tierra y guiar a la nación en la adoración al Señor. Pero fracasaron. Si Nadab se hubiera apartado de la maldad de su padre, derribado los santuarios de los ídolos y los lugares altos, Dios pudo haber cedido y permitido a Nadab recuperar la dinastía que su padre había perdido (ver Jeremías 15:19). Pero Nadab había visto a su padre liderar mientras buscaba la ayuda de dioses falsos, y siguió con esa malvada práctica. Por lo tanto, el rey Nadab es simplemente otro ejemplo de potencial desperdiciado debido a su rechazo a Dios.