Respuesta:
Rode (cuyo nombre significa "Rosa" en griego) solo se menciona una vez en la Biblia, en Hechos 12, pero jugó un papel importante y dio a los creyentes modernos un poderoso ejemplo.
En los tiempos de la iglesia primitiva, tanto los judíos como los romanos eran hostiles hacia los cristianos, por lo que a menudo se reunían en secreto en las casas para orar y adorar. Una de estas casas en Jerusalén pertenecía a María, la madre de Marcos. Según cierta tradición, la casa de María era la misma casa donde los discípulos celebraron la Última Cena con Cristo.
Rode era una criada en esta casa, que era un centro para la creciente iglesia. Una noche, los cristianos se habían reunido en la casa de María y estaban orando "sin cesar" (Hechos 12:5) por la vida de Pedro, quien había sido arrestado por Herodes (Hechos 12:3-4). Sus súplicas habrían sido desesperadamente fervientes porque Santiago, el hermano de Juan, acababa de ser martirizado (Hechos 12:2), y Pedro iba a ser ejecutado.
Mientras la iglesia oraba, Dios respondió. Él liberó milagrosamente a Pedro de la cárcel: un ángel lo sacó de su celda y lo llevó a través de la puerta de la prisión, que se abrió para que pudieran pasar (Hechos 12:6-10). Al darse cuenta de que no estaba soñando, Pedro se dirigió a un lugar que sabía que era seguro, la casa de María (Hechos 12:11-12).
Cuando Pedro llegó y tocó a la puerta, la criada Rode fue a abrir. Escuchó la voz de Pedro y supo que era él, pero en su emoción y alegría se olvidó de abrir la puerta. Dejando a Pedro parado en la noche, se apresuró a contarles a todos los demás sobre el milagro que había ocurrido afuera (Hechos 12:14). Sin embargo, no le creyeron, pensando que estaba loca (Hechos 12:15). Ante la insistencia de Rode, los creyentes pensaron que se trataba del "ángel" de Pedro, quizás su ángel de la guarda o su fantasma, y no la respuesta a sus oraciones.
Todo este tiempo, Pedro continuó tocando a la puerta, hasta que, finalmente, la abrieron y se asombraron al ver a Pedro allí. Rode había estado diciendo la verdad, nunca dudando de que Dios había respondido literalmente a sus oraciones. Luego Pedro les contó de su maravillosa huida de la cárcel (Hechos 12:17).
Es interesante que la iglesia estaba orando fervientemente, pero no creyeron en la respuesta a sus oraciones cuando llegó. Olvidaron una parte importante de la oración, que es buscar una respuesta. Rode fue la primera en saber de la liberación de Pedro, y llevó el alegre mensaje a los demás. No dejó que sus dudas la detuvieran de compartir lo que sabía que era verdad: Dios había hecho lo imposible. Incluso ante la incredulidad, se mantuvo firme en su gozo. Los creyentes de hoy pueden seguir el ejemplo de Rode y compartir las noticias de lo que Dios hace con los que nos rodean, permaneciendo gozosos en lo que sabemos que es cierto.
