Respuesta:
Santiago, hijo de Alfeo, fue uno de los doce apóstoles de Jesús (Mateo 10:2-3) y una de las tres personas que se llaman Santiago y que se mencionan en el Nuevo Testamento. Se distingue de los demás por el nombre de su padre. En los tiempos bíblicos, las personas no tenían apellidos como en las culturas occidentales. A menudo se les identificaba por sus padres y abuelos. Por ejemplo, el otro Santiago de los doce apóstoles es descrito como "Santiago hijo de Zebedeo" (Marcos 3:17). Un tercer Santiago mencionado en las Escrituras era hermano del Señor Jesús (Gálatas 1:19), líder de la iglesia de Jerusalén (Hechos 12:17; Gálatas 2:9) y autor del libro de Santiago.
Santiago, hijo de Alfeo, también es llamado "Santiago el Menor" (Marcos 15:40). La palabra menos debe entenderse como "pequeño" o "más joven". Algunas versiones bíblicas lo llaman "Santiago el Menor", pero la palabra también puede implicar pequeñez de estatura o una importancia menor. Aparte de figurar como discípulo, no se sabe nada más de Santiago, hijo de Alfeo.
Marcos 2:14 tiene un detalle interesante que algunos relacionan con Santiago, hijo de Alfeo: cuando Jesús llama a Mateo (Leví) para que le siga, se describe a Leví como "hijo de Alfeo". Algunos eruditos toman esto para significar que Mateo y Santiago eran hermanos. Sin embargo, esto es poco probable, porque las Escrituras identifican claramente a dos grupos de hermanos que siguieron a Jesús: Pedro y Andrés (Juan 1:40), y Santiago y Juan (Marcos 3:17). Nunca se establece un vínculo semejante entre Mateo y Santiago. Otros estudiosos creen que el padre de Santiago, Alfeo, es el mismo hombre llamado Cleofás, el esposo de María, en Juan 19:25. No hay forma de estar seguros de una cosa u otra.
La tradición implica que fue Santiago el Menor quien pudo haber llevado el evangelio a Persia (actual Irán) y haber sido martirizado allí. Pero aparte de esa posibilidad, Santiago, hijo de Alfeo representa la imagen de un servicio poco conocido.
La falta de información sobre Santiago, hijo de Alfeo es una lección en sí misma. Este Santiago era tan apóstol como Pedro y Juan. Se sentará en un trono en el reino terrenal de Jesús (Mateo 19:28) con tanta autoridad y honor como los otros apóstoles. Su nombre estará grabado en uno de los cimientos de los muros de la Nueva Jerusalén (Apocalipsis 21:14). Santiago no será considerado "menos" en la eternidad porque fue fiel a su llamado en la tierra.
Santiago, hijo de Alfeo, puede ser un estímulo para los que han sido llamados a una vida poco conocida. Nuestros llamados son igualmente seguros, igual de honrosos para Dios, pero pocos conocerán nuestros nombres en la tierra. No habrá vallas publicitarias, artículos en el periódico Time ni titulares que alaben nuestros esfuerzos. Algunos se afanan durante décadas en regiones remotas del mundo sin obtener apenas nada a cambio. Otros sirven en silencio en sus casas o barrios y luego mueren relativamente desapercibidos. Pero Dios se da cuenta. Santiago, el hijo de Alfeo, nos recuerda que Dios utiliza unos criterios distintos para elegir a Sus héroes. Él honra la fidelidad (Lucas 18:8), la resistencia (Mateo 24:13), la obediencia (Mateo 7:21) y el sacrificio (Gálatas 2:20). Nuestra única responsabilidad es la obediencia, no los resultados de esa obediencia. Mientras que algunos apóstoles escribieron libros de la Biblia y otros aparecieron regularmente en los evangelios, parece que Santiago, el hijo de Alfeo fue silenciosamente fiel a su Señor. Por eso, será igualmente honrado con ellos por toda la eternidad.