Respuesta:
El término "Santa Sede" proviene del latín Sancta Sedes, que significa “silla santa”. Se dice que la Santa Sede es la jurisdicción en Roma de la Iglesia Católica. En otras palabras, es similar a un gobierno, lo cual no es sorprendente considerando que el Vaticano es su propio país y tiene su propio dinero y sus propias leyes. Sin embargo, existe una diferencia entre la Santa Sede, que se remonta a los tiempos cristianos tempranos, y la Ciudad del Vaticano, que surgió en 1929 con la firma del Tratado de Letrán entre la Sede y el gobierno italiano. La Santa Sede es una designación episcopal, mientras que la Ciudad del Vaticano es principalmente una designación política y diplomática.
El gobierno de la Santa Sede incluye tribunales, congregaciones, consejos pontificios y numerosas otras entidades burocráticas. Por supuesto, el papa es el jefe de la Sede, ya que se le considera el jefe de la Iglesia Católica. La secretaría de estado es el segundo al mando de la Sede y supervisa las 175 relaciones y oficinas diplomáticas a nivel mundial. La Sede es miembro de numerosas organizaciones internacionales, incluidas las Naciones Unidas.
Desde una perspectiva bíblica, la existencia misma de una Santa Sede es problemática en al menos dos puntos. Primero, el concepto de una "silla santa" en la que reside la cabeza de la iglesia no es bíblico. La verdadera iglesia nunca debe considerar a un hombre como su líder, sin importar su título. La Honrada Cabeza del verdadero Cuerpo de Cristo es Jesucristo, la Cabeza viviente de la iglesia viva. ¿Cómo puede la iglesia viva estar encabezada por un hombre mortal que muere? Segundo, la Biblia no da credibilidad a la idea de que la iglesia forme su propio estado o su propio gobierno. La iglesia como un reino político o diplomático es desconocida en las Escrituras. De hecho, Jesús dejó claro que su reino no es de este mundo (Juan 8:23; 18:36). La Biblia nunca aprueba o alienta el establecimiento de reinos terrenales o entidades diplomáticas porque estas cosas, por su naturaleza misma, centran la atención en el mundo, que está pasando (1 Corintios 7:31; 1 Juan 2:17). Los cristianos deben estar enfocados en el reino celestial y nuestros únicos esfuerzos diplomáticos deben ser propagar el evangelio de Jesucristo y advertir a otros de la ira por venir.
