Pregunta: ¿Puede Satanás y/o sus demonios escuchar nuestras oraciones?
Respuesta:
La oración es hablar con Dios, y, como en cualquier conversación, es posible que otros escuchen lo que decimos. Asumimos que Satanás puede y escucha nuestras oraciones, es decir, puede escuchar sobre qué oramos. Esto no debe ser de gran preocupación para el hijo de Dios.
La Biblia registra muchas oraciones de santos que oraron en voz alta, en su propio idioma, sin temor de que Satanás pudiera estar espiando:
Daniel: La ley en Persia era que nadie podía hacer peticiones a ningún dios excepto al rey de Persia durante treinta días, pero eso no disuadió a Daniel de orar. "entró en su casa, y abiertas las ventanas de su cámara que daban hacia Jerusalén, se arrodillaba tres veces al día, y oraba y daba gracias delante de su Dios, como lo solía hacer antes" (Daniel 6:10). Los enemigos de Daniel estaban observando y probablemente espiando. Puede que Satanás también, pero no se nos dice. En cualquier caso, Daniel no intentó alterar su oración ni ocultarla a los ojos físicos (o espirituales).
David: Huyendo de Saúl, David oró pidiendo la dirección del Señor, y el Señor le dio un plan de escape (1 Samuel 23:9-14). Si en alguna situación había que temer que Satanás estuviera espiando, era esta. Sin embargo, David simplemente oró, sin pensar si el diablo lo escuchaba.
Ezequías: Cuando el rey Ezequías recibió una carta amenazadora de los asirios, "subió a la casa del Señor y la extendió [la carta] delante del Señor" (2 Reyes 19:14). Luego oró pidiendo la liberación del enemigo. Satanás no se menciona en absoluto en el pasaje, y suponemos que a Ezequías no le importaba si Satanás oía o no su oración. Estaba orando al Señor Dios Todopoderoso, y eso era todo lo que le importaba.
Ana: Con "amargura de alma" y "llorando abundantemente" a la puerta del tabernáculo, Ana oró pidiendo un hijo (1 Samuel 1:10-11). ¿Escuchó Satanás su oración? Sí, probablemente la oyó; al menos, se enteró de lo que ella oraba a través de un informe demoníaco. ¿Se aprovechó Satanás de su lucha? Parece que ya había estado trabajando para hacerla desgraciada en su vida familiar (1 Samuel 1:6-8). Él no necesitaba la información adicional para saber cómo fastidiarla.
Los casos anteriores tienen al menos dos cosas en común:
1) No se menciona a Satanás ni una sola vez.
2) Los que oraron simplemente hablaron con Dios de manera sincera y directa.
3) La oración fue respondida.
Mientras oraban, Daniel, David, Ezequías y Ana se centraban en Dios y sólo en Dios. Si alguna vez se les hubiera pasado por la cabeza la idea de que Satanás estaba escuchando -y no parece que fuera así-, su actitud probablemente habría sido: "¿Y qué?". Satanás podría estar escuchando, ¿y qué? El diablo hará lo que quiera, ¿y qué? No hablamos con él, sino con el Dios soberano del universo. Nuestro Dios oirá nuestro clamor y actuará en nuestro favor, independientemente de lo que Satanás oiga, o deje de oír, o de lo que haga o deje de hacer.
Satanás puede escuchar a escondidas si quiere, pero no es más fuerte que el Espíritu Santo, que "ora por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras. Y el Padre, quien conoce cada corazón, sabe lo que el Espíritu dice, porque el Espíritu intercede por nosotros, los creyentes, en armonía con la voluntad de Dios" (Romanos 8:26-27, NTV).
Satanás y sus hordas demoníacas no tienen absolutamente ningún poder para impedir que Dios responda a nuestras oraciones según Su voluntad. Por lo tanto, no hay necesidad de dejar de verbalizar nuestras oraciones para evitar que Satanás las escuche. Y no hay necesidad de emplear un "lenguaje celestial" para tratar de "engañar" a Satanás. Dios escucha, y eso es todo lo que importa. Que Satanás y sus demonios oigan y entiendan nuestras oraciones es irrelevante.
