Pregunta: ¿Por qué dijo Pablo que el evangelio trae salvación primero al judío y luego al gentil?
Respuesta:
En Romanos 1:16 Pablo escribe: "Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego". El evangelio es para todas las personas. Sin embargo, cronológicamente, el mensaje del evangelio fue revelado primero al pueblo judío antes de ser revelado a los gentiles (pueblo no judío).
Los judíos son el pueblo que Dios eligió (Deuteronomio 7:6-7). A través de los judíos, Dios demostró Su amor y santidad al mundo: "de los cuales son la adopción, la gloria, el pacto, la promulgación de la ley, el culto y las promesas; de quienes son los patriarcas, y de los cuales, según la carne, vino Cristo" (Romanos 9:4-5). Por medio de la descendencia de Abraham "serán benditas todas las familias de la tierra" (Hechos 3:25; cf. Gn 22,18; 26,4). Esa bendición prometida llegó a través de Jesucristo, como se explica en Gálatas 3:16. Jesús nació como judío bajo la Ley, cumplió perfectamente la Ley judía y murió como sacrificio único en favor de todos los que pusieran su fe en Él (Gálatas 4:4-5; Hebreos 9:14-15, 23-28).
En Su ministerio público, Jesús dijo que había sido enviado a los judíos, y en ellos centró Sus esfuerzos. Era el Mesías judío y había venido, en parte, para fortalecer "la casa de Judá, y guardaré la casa de José" (Zacarías 10:6). En cierta ocasión, parece que Jesús rechazó las súplicas de una mujer gentil (aunque luego la ayudó) en Mateo 15:21-28 (ver también Mateo 10:5). Jesús predijo que "se predicase en su nombre [el nombre de Cristo] el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén" (Lucas 24:47). El evangelio del reino iba a ser una bendición para todo el mundo, pero era natural que se proclamara primero a Israel.
Cuando Pablo habla del evangelio que trae la salvación "primeramente al judío" en Romanos 1:16, alude a la relación especial que los judíos tenían con el Mesías. El Cristo era el Hijo de David, y la esperanza del Mesías se había mantenido durante mucho tiempo entre los judíos (ver Lucas 2:38). Por eso, cuando se proclamó por primera vez el Evangelio de Cristo, los judíos tenían prioridad. Vemos esta priorización en el primer viaje misionero de Pablo. Cada vez que llegaban a una nueva ciudad, Pablo y Bernabé predicaban en la sinagoga a los judíos de esa ciudad. En Antioquía de Pisidia, los judíos incrédulos se opusieron tanto a ellos que los misioneros dijeron: "A vosotros a la verdad era necesario que se os hablase primero la palabra de Dios; mas puesto que la desecháis, y no os juzgáis dignos de la vida eterna, he aquí, nos volvemos a los gentiles" (Hechos 13:46). La persecución en Antioquía continuó, y Pablo y Bernabé fueron finalmente expulsados, por lo que se dirigieron a la siguiente ciudad (versículo 51).
Hay varias cosas importantes que destacar sobre la afirmación de Pablo de que el poder de Dios en el Evangelio trae "salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego". En primer lugar, Dios no dejó de salvar a los judíos para salvar a los gentiles. En todos sus viajes misioneros, Pablo siguió predicando primero en las sinagogas. Dios sigue deseando la salvación de todo el mundo (Juan 3:16-18; 1 Timoteo 2:4).
En segundo lugar, los judíos no son ni mejores ni peores que los gentiles. Todos necesitan al Salvador y, en Cristo, todos están en igualdad de condiciones espirituales. Colosenses 3:10-11 nos recuerda que nos hemos "revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno, donde no hay griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni escita, siervo ni libre, sino que Cristo es el todo, y en todos". El gentil creyente es tan bienvenido en la familia de Dios como el judío creyente. El judío que tiene fe en Cristo Jesús está tan seguro de su salvación como el gentil nacido de nuevo.
Finalmente, la salvación viene de la misma manera tanto a judíos como a gentiles. Es para "todo aquel que cree" (Romanos 1:16). Jesús es el único camino de salvación (Hechos 4:12; Juan 14:6) independientemente de la herencia de cada uno. Pablo dijo: "testificando a judíos y a gentiles acerca del arrepentimiento para con Dios, y de la fe en nuestro Señor Jesucristo" (Hechos 20:21). Gálatas 3:26-28 dice: "pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús; porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos. Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús". Todos deben venir a Jesús en fe para la salvación, y todos son igualmente aceptados por Él cuando lo hacen.