Pregunta: ¿Qué significa aborreced lo malo (Romanos 12:9)?
Respuesta:
En Romanos 12:9–21, el apóstol Pablo presenta una serie de exhortaciones breves que se centran en vivir y amar de manera sacrificada en todas las situaciones y en todas las relaciones. Comienza con este llamado: "El amor sea sin hipocresía; aborreciendo lo malo, aplicándose a lo bueno" (Romanos 12:9, NBLA). La enseñanza de Pablo enfatiza que las personas que vencen el mal con amor sincero llevan las marcas de un verdadero cristiano.
En el idioma original, la palabra traducida como "aborrecer" significa "encontrar repugnante, odiar, detestar, tener aversión y horror". El término para "malo" en Romanos 12:9 habla de "comportamiento moralmente reprobable". La actitud cristiana apropiada hacia el mal comportamiento es la oposición vehemente hasta el punto de estar horrorizado por él y sentir odio hacia él. Como dijo Pablo en 1 Tesalonicenses 5:22, los creyentes deben abstenerse "de toda especie de mal". Es importante señalar que aborrecer lo que es malo implica rechazar u odiar el comportamiento pecaminoso. Los creyentes no deben rechazar u odiar a las personas pecadoras que hacen lo malo, solo su comportamiento inmoral.
A través del profeta Amós, Dios le dijo al pueblo de Israel que se apartara de su comportamiento corrupto. Si "buscan lo bueno, y no lo malo", vivirían (Amós 5:14). Si se opusieran a la inmoralidad imperante -si odiaran el comportamiento malvado y en su lugar amaran lo que es bueno, honesto y recto, si defendieran la justicia en lugar de aplastarla (Amós 5:10-12)- entonces el Señor estaría con ellos para defenderlos en lugar de juzgarlos.
Dios odia el mal (Salmo 5:4-6; Proverbios 6:16-19). David dijo: "Porque tú no eres un Dios que se complace en la maldad; el malo no habitará junto a ti" (Salmo 5:4). Puesto que Dios es santo, odia el pecado y la maldad.
Las Escrituras dicen que "Dios es amor" (1 Juan 4:8, 16), pero también enseñan que "Dios es juez justo, y Dios está airado contra el impío todos los días" (Salmo 7:11). Puesto que Dios es santo (Salmo 99:9), Su ira contra el mal forma parte de Su carácter tanto como Su amor. El amor de Dios es puro y santo. El Señor ama la justicia, la verdad, la rectitud y la santidad, y por lo tanto, debe odiar la maldad, el pecado y el mal. Si Dios no aborreciera lo que es malo, no podría ser un Dios de amor santo.
Por lo tanto, aquellos que tienen un amor genuino por Dios también aborrecerán lo que es malo: "Los que aman al Señor, aborrezcan el mal; Él guarda las almas de Sus santos; los libra de la mano de los impíos" (Salmo 97:10, NBLA).
David prometió, "No pondré delante de mis ojos cosa injusta. Aborrezco la obra de los que se desvían; ninguno de ellos se acercará a mí" (Salmo 101:3). Cuando nos enfrentamos cara a cara con el comportamiento malvado, Dios quiere que lo odiemos tanto que nos neguemos a participar en él.
Cuando consideramos las cosas que vemos en la televisión o en Internet, ¿hay algo vil, malvado o repugnante para Dios? Cuando pensamos en los comportamientos que realizamos solos o con otras personas, ¿hay actividades en las que el Señor querría que no participáramos? La Biblia nos enseña a separarnos de las cosas impuras del mundo (Isaías 52:11; 2 Corintios 6:17; Santiago 4:8) y que nos "limpiémonos de todo lo que pueda contaminar nuestro cuerpo o espíritu. Y procuremos alcanzar una completa santidad porque tememos a Dios" (2 Corintios 7:1, NTV). Nuestro genuino amor por el Señor y por los demás debe motivarnos, en toda circunstancia y relación, a aborrecer lo malo y a aferrarnos a lo bueno.