Pregunta: "¿Debería un cristiano tener amigos homosexuales?"
Respuesta:
Al considerar si un cristiano debe tener amigos homosexuales, debemos preguntarnos si Jesús tendría amigos homosexuales. El Nuevo Testamento no identifica en ninguna parte a ningún individuo específico como homosexual. Por lo tanto, no hay registros de Jesús interactuando con un homosexual. No obstante, sabemos por los evangelios que Jesús amaba a todas las personas con las que se encontraba. No consideraba que un grupo de personas mereciera menos el evangelio que otro. De hecho, se desvió de Su camino para liberar a un hombre endemoniado (Marcos 5:1-20) y llevar esperanza a una mujer inmoral de un origen étnico que era despreciado (Juan 4). Curó a los leprosos (Lucas 17:10-19), perdonó a una adúltera (Juan 8:1-11) y comió con los recaudadores de impuestos (Marcos 2:16), todos los cuales eran considerados inadecuados para estar en compañía de personas justas. Podemos suponer que Jesús también habría pasado tiempo con los homosexuales.
La homosexualidad era un pecado en la época de Jesús, y es un pecado ahora. Las normas de Dios sobre la sexualidad humana no han cambiado. Sin embargo, Jesús vino a buscar y salvar a los perdidos (Lucas 19:10). Por la forma amable en que trató a los pecadores, entendemos que habría ofrecido a los homosexuales la misma compasión y la oportunidad de "vete y no peques más" (Juan 8:11). De ser posible, Jesús habría incluido a los homosexuales cuando comía en las casas de "pecadores conocidos" (Lucas 15:1).
Es importante señalar que la elección que Jesús hizo para juntarse con los pecadores fue con un solo propósito. Había venido a traer luz a la oscuridad de ellos (Juan 1:9; 12:46). Quería estar con los pecadores para poder explicarles el amor y el perdón de Dios. No escogió su compañía porque aprobara su pecado. No participó ni permitió el pecado de ninguna manera. Vino a sacar a la gente del pecado, si tan sólo creían en Él (Lucas 7:36-50).
Además, cuando nos preguntamos si un cristiano debe tener amigos homosexuales, tenemos que definir los amigos. Nos asociamos con la gente en distintos niveles, que van desde los conocidos hasta los amigos íntimos del alma. La amistad se construye sobre intereses, valores y experiencias compartidas. Un cristiano que tiene la intención de seguir a Jesús no tendrá mucho en común con una persona que sigue un estilo de vida aberrante. Habrá un límite en lo que respecta a la amistad (2 Corintios 6:14-16).
En nuestro mundo cada vez más desviado, se celebran como buenas todas las formas desviadas de sexualidad. Desde una perspectiva bíblica, muchas personas confundidas están atrapadas en el pecado de la homosexualidad y necesitan ser liberadas. Necesitan saber que Dios los creó para más. Los creó para Él mismo. No pueden liberarse a sí mismos del pecado; necesitan un libertador.
Jesús es el Libertador (Salmo 18:2; 1 Corintios 6:11), y estamos llamados a comunicar ese mensaje. Somos pacificadores, ya que se nos ha confiado "el ministerio de la reconciliación" (2 Corintios 5:18). Siguiendo el ejemplo de Cristo, podemos extender la amistad a los homosexuales, demostrar su amor por ellos, orar por ellos y festejar todo lo que podamos encontrar en común. En nuestras interacciones con amigos homosexuales, debemos tener cuidado de no dar la impresión de que estamos validando su pecado. No podemos permitir que nuestro amor por una persona gay nos haga comprometer la Palabra de Dios.
¿Debería un cristiano tener amigos homosexuales? Sí, de la misma manera y por las mismas razones que Jesús habría tenido amigos homosexuales. Él veía a cada persona como alguien creado a la imagen de Dios (Génesis 1:27). Veía cómo era la persona que Él había creado. Vio su miedo, su confusión, sus penas y su futuro sin Él. Ofreció a todos el mismo perdón y la misma transformación cuando estaban dispuestos a hacerle Señor de sus vidas. Un cristiano es simplemente un pecador que ha aceptado el evangelio y ahora representa a Cristo con gracia y verdad ante todos, incluidos nuestros amigos homosexuales (Juan 1:14).
