Pregunta: ¿Qué significa que los ángeles anhelan mirar estas cosas (1 Pedro 1:12)?
Respuesta:
Pedro escribe para animar y amonestar a los creyentes que sufren terribles persecuciones. Enfatiza su gratitud por la misericordia, la resurrección y la salvación de Cristo. En Cristo tenemos una herencia eterna, una esperanza viva y una alegría inefable. Recuerda a los creyentes que sus sufrimientos y pruebas son temporales y sirven para fortalecer y refinar su fe (1 Pedro 1:6-7). Tras esta introducción, Pedro hace una declaración interesante sobre los profetas y los ángeles:
Los profetas que profetizaron de la gracia destinada a vosotros, inquirieron y diligentemente indagaron acerca de esta salvación, escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, el cual anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo, y las glorias que vendrían tras ellos. 12 A estos se les reveló que no para sí mismos, sino para nosotros, administraban las cosas que ahora os son anunciadas por los que os han predicado el evangelio por el Espíritu Santo enviado del cielo; cosas en las cuales anhelan mirar los ángeles (1 Pedro 1:10-12).
Pedro recuerda a los creyentes del Nuevo Testamento que ellos son los destinatarios de la minuciosa documentación y dedicación de los profetas a la redención de Cristo. Aun cuando escribieron sobre el sufrimiento y la glorificación del Mesías, los profetas no comprendían plenamente lo que sucedería ni cuándo sucedería. Deseaban conocer el objeto al que apuntaban las Escrituras. Los creyentes del Nuevo Testamento comprenden ahora el Evangelio y la salvación de la que habían hablado los profetas.
Pedro dice entonces algo inesperado sobre los ángeles: "Incluso los ángeles anhelan mirar estas cosas". Es decir, sienten curiosidad por el Evangelio y por cómo y por qué se logró. Los ángeles viven en la presencia de Dios, así que ¿por qué iban a interesarse por la salvación de los hombres (Mateo 18:10; 22:30)?
Los creyentes en Jesucristo entienden lo que es estar muerto en pecado y alejado de Dios (Efesios 2:1-3). También comprenden la abrumadora gracia y misericordia que se les muestra cuando Cristo murió por ellos como merecían (Efesios 2:13). Son adoptados en la familia de Dios y su relación con Dios está redimida (Romanos 8:14-17). Los ángeles, por el contrario, no conocen la dulzura de la redención. No tienen conocimiento experimental de la gracia y la salvación. Los ángeles en el cielo no han sido separados de Dios, ni han conocido personalmente la reconciliación o la profundidad de la intimidad que se deriva de ella. Es un concepto extraño que despierta su curiosidad. La palabra griega para "mirar" significa "inclinarse físicamente, mirar atentamente e inspeccionar con curiosidad". A lo largo de la historia de la humanidad, los ángeles han tenido un asiento en primera fila para observar la obra redentora de Dios con la humanidad (1 Timoteo 3:16). El libro de Hebreos los describe como "espíritus ministradores, enviados para servir por causa de los que heredarán la salvación" (Hebreos 1:14, NBLA). Se asombran ante la salvación y se inclinan atentamente, anhelando comprender sus misterios.
Es importante notar que los ángeles que desobedecieron a Dios no son restaurados ni redimidos como la humanidad. El Hijo de Dios se hizo hombre para redimir a la humanidad; no se hizo ángel para redimir a las huestes celestiales. Los ángeles no pueden comprender plenamente la salvación, ya que no es para ellos.
En el libro de Éxodo, vemos más evidencia del interés angelical en la misericordia de Dios. Dios ordena que los querubines en la tapa del arca del pacto "extenderán por encima las alas, cubriendo con sus alas el propiciatorio; sus rostros el uno enfrente del otro, mirando al propiciatorio los rostros de los querubines" (Éxodo 25:20; cf. Números 7:89; 1 Reyes 8:7-8; Hebreos 9:5). El propiciatorio representa el trono de Dios; es donde moraba Su presencia y se ofrecía la sangre de la expiación por el pecado. Los querubines de oro del arca estaban colocados como si contemplaran los propósitos redentores de Dios. En 1 Pedro, los ángeles anhelan comprender el gozo inconmensurable que se encuentra en la expiación de Cristo por el pecado.
El hecho de que los ángeles anhelen mirar las cosas que pertenecen a nuestra salvación es un recordatorio conmovedor de cuán precioso es el regalo de la salvación. ¡Que anhelemos la salvación y apreciemos la maravilla de la redención!
