Pregunta: Si los ángeles y los demonios no pueden morir, ¿qué sentido tiene que participen en batallas?
Respuesta:
La ficción popular, como la novela "Esta patente oscuridad" de Frank Peretti, suele presentar horripilantes descripciones de batallas espirituales en las que los demonios son derrotados por ángeles armados con espadas en un instante. Se insinúa que los demonios "mueren" de alguna manera cuando son cortados por la mitad por las espadas de los ángeles. No hace falta decir que nuestra teología debe basarse en lo que dice la Biblia, no en las novelas contemporáneas. La Biblia enseña la realidad de la batalla espiritual (Judas 1:9). Pero la Biblia también dice que, después del juicio final, los demonios serán enviados para siempre al lago de fuego (Mateo 25:41; Apocalipsis 20:10). Ya que los demonios (y los ángeles) no "mueren" ni sufren heridas físicas, ¿qué sentido tiene librar una batalla espiritual?
Primero, debemos recordar que no todas las batallas son "a matar". El objetivo de que los ángeles luchen contra los demonios no es matarlos, sino frustrar sus planes y hacer avanzar los planes de Dios. En la Biblia, vemos que los ángeles luchan contra los demonios para entregar mensajes De Dios a las personas (Daniel 10:13) y eliminar las tropas de Satanás de los lugares celestiales (Apocalipsis 12:7-8). Los demonios pueden ser resistidos (Santiago 4:7), torturados por Dios (Lucas 8:28), perder lo que poseen (Marcos 9:25-26), ser enviados a otro lugar (Mateo 8:32) y ser llevados al abismo (Lucas 8:31).
En segundo lugar, habrá un momento en que Satanás y sus demonios experimentarán lo que la Biblia llama "la segunda muerte", que es el lago de fuego (Apocalipsis 21:8). Esperamos con ansias ese día porque el principal objetivo de los demonios en la batalla es contrarrestar la voluntad de Dios en la vida de las personas en todas partes, tanto creyentes como no creyentes (1 Pedro 5:8). Tenemos muchos ejemplos en la Biblia de que Dios ha enviado a Sus ángeles para advertir, guiar y proteger a los hijos de Dios. Uno de los mejores ejemplos de estos roles en las Escrituras es a través de la historia de la Navidad. Dios usó ángeles para informar a Zacarías que tendría un hijo llamado Juan (Lucas 1:8-20), para decirle a María que daría a luz al Mesías (Lucas 1:26-38), para declarar el nacimiento de Cristo a otros (Lucas 2:8-13), y para advertir a José que protegiera a su familia de la ira del rey Herodes (Mateo 2:13).
Dios aún no ha considerado oportuno encarcelar a todos los demonios, pero promete que en los últimos días serán arrojados, junto con Satanás, al lago de fuego. No hay escapatoria de este destino, y todos los espíritus demoníacos serán atormentados en aislamiento eterno de Dios y Sus hijos (Apocalipsis 20:10).
La realidad de la guerra espiritual afecta a todos los creyentes. Es de suma importancia reconocer esta guerra que está teniendo lugar y estar preparados para ella. Dios nos ha dado todo lo necesario para mantenernos firmes frente a las artimañas del diablo y nos ha ordenado que nos pongamos toda la armadura espiritual (Efesios 6:10-18).