Pregunta: ¿Qué significa que Dios nos escogió antes de la fundación del mundo (Efesios 1:4)?
Respuesta:
En la carta de Pablo a los Efesios, escribe para ayudarles a entender quiénes son en Cristo (Efesios 1-3) y cómo deben caminar como resultado de ello (Efesios 4-6). En el capítulo 1, Pablo explica como Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo trabajan juntos para la salvación del creyente, cambiando nuestra identidad de hijos de ira (Efesios 2:1–3) a hijos adoptados en Cristo (Efesios 1:5). Explica que los creyentes son bendecidos con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo (Efesios 1:3) y luego muestra como Dios logra esa bendición para los que han creído en Cristo (Efesios 2:8–9). En primer lugar, Pablo afirma que Dios nos escogió antes de la fundación del mundo (Efesios 1:4).
Dios Padre "nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él" (Efesios 1:4). El Padre también "en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad" (Efesios 1:4–5). Aunque las ideas de elección y predestinación pueden ser confusas, Pablo las enseña de forma clara. Los creyentes son escogidos antes de la fundación del mundo. En otras palabras, esta determinación de Dios tuvo lugar antes de que el mundo fuera creado. Nota cuán lejos va Pablo para afirmar que esta nueva, bendita posición del creyente no es obra de uno mismo. Comenzó con la elección de Dios, y muestra que Dios es la base de la bendición del creyente, no los méritos propios.
Históricamente, han existido dos interpretaciones principales del concepto de la elección de Dios. Por una parte, el calvinismo enseña que la elección de Dios significa que el creyente no tiene nada que ver con su propia salvación: incluso la fe del creyente es en sí misma un regalo. Por otra parte, la enseñanza arminiana enfatiza la elección del creyente y sugiere que la elección de Dios se basó en el conocimiento de Dios de lo que el creyente escogería. Si simplemente tomamos las palabras de Pablo literalmente, parecería que ninguna de estas conclusiones teológicas es correcta. Pablo afirma que Dios nos escogió antes de la fundación del mundo (Efesios 1:4), y Pablo ni siquiera habla de la presciencia de Dios en Efesios 1. Pablo hace referencia a la presciencia de Dios en Romanos 8:29 como precedente a la predestinación, pero no discute la elección en el contexto de Romanos 8. Parecería que la elección de Dios es "según el puro afecto de su voluntad" (Efesios 1:5b) y que Su propósito es según Su elección (Romanos 9:11) y no se basa en lo que podamos o no podamos hacer. Al mismo tiempo, hemos sido salvos por gracia mediante la fe (Efesios 2:8), y la fe es necesaria.
La explicación de Jesús sobre la salvación la condiciona solamente a la creencia en Él (por ejemplo, Juan 3:15–16; 6:47), y pone la responsabilidad en el que ha de creer. Por lo tanto, hay una tercera opción. La primera opción sugiere que Dios es soberano, y el hombre no está involucrado; la segunda opción sugiere que Dios no está ejerciendo Su soberanía, y la elección depende completamente de la persona. La tercera opción sugiere que Dios ha manifestado su soberanía—Él nos escogió antes de la fundación del mundo (Efesios 1:4)—y coloca la responsabilidad de la fe en el individuo (Efesios 2:8). Tanto la soberanía de Dios como la responsabilidad de la humanidad son evidentes en la carta de Pablo a los Efesios y en su explicación de cómo hemos llegado a ser tan bendecidos.
