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El apateísmo es una palabra un tanto moderna, que describe una visión particular de Dios y de los temas espirituales. El concepto principal es la apatía: el estado de desinterés o poca preocupación por algo. Un apateísta, alguien que muestra apatía, piensa que temas como Dios y la religión son irrelevantes, carentes de sentido o desinteresantes. El término apateísmo se refiere más a una actitud que a un conjunto real de creencias, pero puede ser útil para resumir lo que mucha gente piensa -o no piensa- sobre Dios.
Algunas personas tienen opiniones claras y muy arraigadas sobre la religión y la espiritualidad. La creencia en una deidad única y activa se denomina teísmo. La idea de una deidad única y desinteresada se denomina deísmo. Cuando una persona afirma rotundamente: "Dios no existe", es una expresión de ateísmo. Cuando una persona dice: "No estoy seguro de creer en Dios", eso es agnosticismo. Y cuando a una persona simplemente le da igual, de un modo u otro, eso es apateísmo. Los que rara vez piensan en Dios o no tienen interés en los asuntos espirituales pueden describirse como apateístas.
A diferencia del ateísmo o el agnosticismo, el apateísmo no describe ninguna afirmación particular sobre la naturaleza de Dios o la existencia de Dios. Dado que el apateísmo refleja una falta de interés, pocas personas se aplicarán esa etiqueta a sí mismas. La mayoría de los que piensan activamente que Dios y la religión son irrelevantes se etiquetarían a sí mismos como ateos o agnósticos. Dicho esto, sería justo decir que el apateísmo es una de las actitudes más comunes en la cultura moderna.
Como actitud, no como punto de vista religioso, el apateísmo puede manifestarse incluso en quienes afirman pertenecer a alguna fe. Por ejemplo, la persona que dice "soy católica", pero no ha ido a misa en diez años, no se confiesa y casi nunca reza, es más un apateísta que otra cosa. Lo mismo puede decirse de una persona que dice: "Soy cristiano", pero cuya vida es totalmente incoherente con las normas bíblicas y que no piensa en Dios en la vida cotidiana. Esas personas pueden decir que se preocupan por Dios, e incluso pueden pensar que lo hacen. Pero, en la práctica, muestran falta de interés. No piensan mucho en Dios. Demuestran apatía por la idea de Dios, que es la definición básica de apateísmo.
A decir verdad, la mayoría de las personas de las culturas occidentales podrían describirse como apateístas. Cuando los tiempos son difíciles, o cuando se les presiona para que discutan el tema, expresarán algún tipo de creencia en Dios. Esa creencia no es imaginaria: esas personas tienen, de hecho, algún tipo de opinión sobre Dios. Pero, en la práctica y en la vida cotidiana, ni Dios ni la espiritualidad suelen entrar en su pensamiento. La mayoría de la gente no se opone activamente a Dios ni lo rechaza confiadamente; simplemente, están adormecidos ante la idea.
Incluso los aparentemente "implicados" en la fe cristiana pueden ser, de hecho, apateístas. Se ha dicho que el sistema de creencias de la mayoría de los cristianos occidentales es el Deísmo Terapéutico Moralista; se trata esencialmente de una versión con sabor cristiano del apateísmo.
Las Escrituras advierten a los creyentes de que no caigan en la trampa del apateísmo. Hebreos 2:1, por ejemplo, ordena a los creyentes que "atiendan con diligencia" para evitar "deslizarse" de la verdad. Una advertencia más severa aparece en Hebreos 5:11-14, donde se llama la atención a los perezosos respecto a la fe por su apatía. Cuando somos indiferentes a la verdad o a Dios, somos propensos a cometer errores y a caer en la mentira. La fe, en cierto sentido, es similar a un músculo: debe utilizarse para mantenerse fuerte. Cuando los músculos no se utilizan, se encogen, un proceso conocido como atrofia. Cuando se ignora la fe, también se debilita por apatía.
Aunque el apateísmo no es una cosmovisión "oficial", es un concepto importante. Muchas personas de muchas confesiones religiosas están realmente desinteresadas y desinformadas sobre Dios y la fe cristiana. Saber esto puede ayudarnos mucho en la evangelización: Dios y la salvación son pensamientos que simplemente "no se les ocurren" a la mayoría de las personas de la cultura occidental moderna. Incluso los que adoptan etiquetas de fe, la mayoría de las veces no piensan, actúan o estudian realmente las doctrinas de su fe de forma significativa. El síntoma principal del apateísmo es la ignorancia, que puede cuestionarse explicando amorosamente la verdad y dando a los demás la oportunidad de responder al evangelio.
