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Pregunta: ¿Quiso decir Jesús que debíamos arrancarnos literalmente los ojos en Mateo 5:29-30?

Respuesta:
En el Sermón del Monte, Jesús dice algo que seguramente llamó la atención de sus oyentes: "Por tanto, si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo, y échalo de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno. Y si tu mano derecha te es ocasión de caer, córtala, y échala de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno" (Mateo 5:29-30). Jesús repite la advertencia en Mateo 18:8-9, salvo que allí añade la necesidad de prescindir tanto de un pie como de una mano y un ojo.

Las imágenes gráficas de Mateo 5 y 18 siguen llamando la atención hoy en día, y plantean la cuestión de hasta qué punto debemos tomar al pie de la letra los mandatos de Jesús en estos pasajes. ¿Quiere decir Jesús que debemos arrancarnos los ojos o cortarnos una mano si somos propensos a pecar? Puede servirnos de consuelo saber que las instrucciones de Jesús en estos versículos concretos no deben tomarse al pie de la letra. No necesitamos mutilar nuestros cuerpos como castigo por nuestro pecado. Más bien, Jesús quiere decir que debemos estar dispuestos a hacer sacrificios excepcionales si queremos seguirle (ver Mateo 16:24).

Jesús acababa de advertir a los oyentes que no usaran los ojos con fines lujuriosos (Mateo 5:28), así que el remedio que propone contra la lujuria -extirparse un ojo- tiene sentido, en cierto modo radical. Sin embargo, es la naturaleza radical de Su declaración lo que la hace tan memorable.

Cuando Jesús nos aconseja arrancar un ojo pecaminoso o cortar una mano rebelde, está empleando una figura retórica conocida como hipérbole. La hipérbole es una exageración evidente o una exageración intencionada. Ejemplos de hipérbole en el lenguaje moderno incluirían declaraciones como "Esta bolsa de comida pesa una tonelada", "He estado esperando desde siempre" y "Todo el mundo lo sabe". El apóstol Pablo utiliza el lenguaje hiperbólico en Gálatas 4:15. La hipérbole, como otras figuras retóricas, no debe tomarse al pie de la letra.

El propósito de Jesús al decir, hiperbólicamente, que los pecadores deben sacarse los ojos o cortarse las manos es magnificar en las mentes de Sus oyentes la naturaleza atroz del pecado. El pecado es cualquier acción o pensamiento contrario al carácter de Dios. El resultado del pecado es la muerte, de la que Jesús quiere preservarnos (ver Hebreos 2:9). Jesús advierte sobre el infierno porque no quiere que la gente vaya allí (Mateo 5:29-30).

El pecado lleva a la gente al infierno (ver Apocalipsis 21:8), y eso hace que el pecado sea algo que hay que evitar a toda costa. Jesús dice que, sea lo que sea lo que te hace pecar, tomes medidas drásticas para sacarlo de tu vida. "Mejor te es entrar en la vida cojo o manco, que teniendo dos manos o dos pies ser echado en el fuego eterno. . . . mejor te es entrar con un solo ojo en la vida, que teniendo dos ojos ser echado en el infierno de fuego" (Mateo 18:8-9). No vale la pena perderse el cielo por nada. No vale la pena ir al infierno por nada. Por nada.

Dios se toma en serio el pecado, lo suficiente como para sacrificar a su Hijo unigénito para destruirlo. Nosotros también debemos tomar en serio el pecado. La falta de arrepentimiento es un crimen que se castiga con la muerte eterna. Es mejor negar nuestra carne -sacarnos un ojo o cortarnos una mano, por así decirlo- que arriesgarnos a pecar contra Dios. Dios exige santidad (1 Pedro 1:15), pero nosotros tendemos naturalmente a consentirnos a nosotros mismos y a excusar nuestro pecado. Por eso necesitamos la hipérbole impactante y radical de Jesús para despertarnos de nuestra complacencia espiritual.

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