Pregunta: ¿Qué significa Santiago 1:12 cuando dice: "Bienaventurado el varón que soporta la tentación"?
Respuesta:
Muchas veces, cuando atravesamos una temporada difícil, no podemos ver el bosque por los árboles. Perdemos de vista el panorama general. Santiago nos instó a abrir los ojos a la perspectiva de Dios para que podamos ver el propósito divino detrás de las pruebas que enfrentamos. Por eso escribió: "Dichoso el que resiste la tentación porque, al salir aprobado, recibirá la corona de la vida que el Señor ha prometido a quienes lo aman" (Santiago 1:12, NVI).
La palabra griega que eligió Santiago (makarios), que se traduce como "bienaventurado", significa algo más que ser feliz o afortunado. Habla de alguien que ha sido altamente favorecido con la gracia de Dios. El adjetivo describe una alegría interior que no se ve perturbada por las circunstancias externas porque nace del descanso y la confianza en el Señor (Romanos 15:13). Jesús utilizó el mismo término repetidamente en todas las Bienaventuranzas para describir la vida de un ciudadano del reino de Dios (Mateo 5:3-12). La vida de esta persona es bendecida y satisfactoria porque se vive bajo el gobierno del Rey y de acuerdo con los preceptos de Su reino.
El verbo soporta en Santiago 1:12 significa "afronta y resiste con valentía, aguanta". Santiago no está diciendo que experimentar una prueba sea una bendición en sí misma. En cambio, es la firme resistencia a través de la prueba lo que trae el bendito regalo de Dios: "la corona de la vida". Dios ha reservado una bendición extraordinaria para quienes le sirven fielmente y sufren por Él (2 Timoteo 4:8; 1 Pedro 5:4; Apocalipsis 3:11). Jesús mismo prometió dar la corona de la vida a los que sufren persecución "hasta la muerte" (Apocalipsis 2:10).
Las bendiciones que obtenemos a través de las pruebas no son solo para el futuro lejano, sino también para el aquí y el ahora. Cuando afrontamos los problemas desde el punto de vista del cielo, reconocemos las oportunidades de crecimiento personal y enriquecimiento espiritual que pueden producir en nosotros. Al principio de su carta, Santiago escribió: "Amados hermanos, cuando tengan que enfrentar cualquier tipo de problemas, considérenlo como un tiempo para alegrarse mucho porque ustedes saben que, siempre que se pone a prueba la fe, la constancia tiene una oportunidad para desarrollarse. Así que dejen que crezca, pues una vez que su constancia se haya desarrollado plenamente, serán perfectos y completos, y no les faltará nada" (Santiago 1:2-4, NTV)
El autor de Hebreos considera que las pruebas son la forma que tiene Dios de disciplinarnos "para lo que nos es provechoso, para que participemos de su santidad" (Hebreos 12:10). La disciplina es desagradable, pero "después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados" (versículo 11).
Podemos perseverar en las pruebas con una mejor actitud, y más optimista, cuando tenemos presente el objetivo final de Dios. El apóstol Pedro nos dio un incentivo similar para perseverar: "Así que alégrense de verdad. Les espera una alegría inmensa, aunque tienen que soportar muchas pruebas por un tiempo breve. Estas pruebas demostrarán que su fe es auténtica. Está siendo probada de la misma manera que el fuego prueba y purifica el oro, aunque la fe de ustedes es mucho más preciosa que el mismo oro. Entonces su fe, al permanecer firme en tantas pruebas, les traerá mucha alabanza, gloria y honra en el día que Jesucristo sea revelado a todo el mundo" (1 Pedro 1:6-7, NTV).
El apóstol Pablo nos animó con el ejemplo a perseverar a través de las pruebas: "Con paciencia soportamos dificultades y privaciones y calamidades de toda índole. Fuimos golpeados, encarcelados, enfrentamos a turbas enfurecidas, trabajamos hasta quedar exhaustos, aguantamos noches sin dormir y pasamos hambre. Demostramos lo que somos por nuestra pureza, nuestro entendimiento, nuestra paciencia, nuestra bondad, por el Espíritu Santo que está dentro de nosotros[a] y por nuestro amor sincero. Con fidelidad predicamos la verdad. El poder de Dios actúa en nosotros" (2 Corintios 6:4-7, NTV). Con la determinación de un atleta olímpico, Pablo se fijó la meta de terminar la carrera y ganar el premio celestial (Filipenses 3:12-14; 1 Corintios 9:24-25; 2 Corintios 4:8-12; 11:23-27).
Mientras atravesamos dificultades, haremos bien en recordar que "bienaventurado el varón que soporta la tentación". Dios está obrando en nosotros, dándonos fortaleza, carácter, resistencia y Su divina gracia para llevarnos a la bendición final de la corona de la vida en nuestro hogar eterno con Él.