Pregunta: "¿Cuál es la Quién es la cabeza de la iglesia, bíblicamente hablando?"
Respuesta:
Dos pasajes del Nuevo Testamento dejan claro que la cabeza de la iglesia es Jesucristo. Colosenses 1:17-18 enseña, "Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten; y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia". Este pasaje hace una breve comparación entre el cuerpo humano y la iglesia. La iglesia es el cuerpo, y Jesús es la cabeza. Jesús fue antes de todas las cosas y estas en Él subsisten. Esto incluye también a la iglesia.
Efesios 5:22-25 habla de la relación entre marido y mujer e incluye la enseñanza de Jesús como cabeza de la iglesia:
"Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador. Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo. Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella".
En este pasaje, las esposas deben someterse a sus maridos como la iglesia se somete a Cristo, y los maridos deben amar sacrificialmente a sus esposas del mismo modo que Cristo estaba dispuesto a morir por la iglesia. En este contexto, a Jesús se le llama "la cabeza de la iglesia, su cuerpo". También se le llama su Salvador.
¿Qué significa ser la cabeza de la iglesia? Tanto Colosenses 1 como Efesios 5 enfatizan el liderazgo de Cristo y Su poder. En Colosenses, Cristo es la cabeza porque todas las cosas en Él subsisten. En Efesios, Cristo es la cabeza porque es el Salvador.
Las implicaciones de esta enseñanza son profundas. Primero, los líderes de la iglesia deben entregar el liderazgo final al Señor Jesucristo. Él es el que dirige y determina las enseñanzas y prácticas de la iglesia. Los miembros de la iglesia en primer lugar deben seguir a Cristo y en segundo lugar a los líderes terrenales, ya que esos líderes representan a Cristo (ver 1 Corintios 11:1 y 1 Pedro 5:3-4).
En segundo lugar, el amor que Jesús tiene por la iglesia se expresa en Su deseo de que nosotros también amemos a la iglesia. La iglesia no es un edificio u organización sino un grupo de personas que conocen y adoran a Jesús. A los cristianos se les enseña: "Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca" (Hebreos 10:24-25). La comunión regular con otros creyentes honra al Señor, nos anima personalmente como creyentes y nos permite animar y servir a los demás.
Aunque cada iglesia tendrá sus propios líderes locales, el líder máximo de cualquier iglesia es el Señor Jesús. Él dijo: "Yo edificaré mi iglesia" (Mateo 16:18, énfasis añadido); le pertenece a Él. Él es la cabeza del cuerpo y el único con el poder de guiar y amar correctamente a la iglesia.