Pregunta: ¿Qué significa ser coherederos con Cristo?
Respuesta:
En Romanos 8:17 Pablo dice: "Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados". Según este versículo, compartimos los sufrimientos de Cristo ahora y compartiremos la gloria de Cristo más tarde como sus "coherederos".
El término herederos de Dios hace hincapié en nuestra relación con Dios Padre. Como hijos Suyos, tenemos "una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros" (1 Pedro 1:4). El término griego traducido "herederos" en Romanos 8:17 se refiere a "los que reciben la posesión que les ha sido asignada por derecho de filiación". En otras palabras, como Dios nos ha hecho Sus hijos (ver Juan 1:12), tenemos pleno derecho a recibir Su herencia. Somos Sus beneficiarios (ver Mateo 25:34; Gálatas 3:29; Colosenses 1:12; 3:24).
Jesús, el Hijo Unigénito de Dios, es el "heredero" natural del Padre. Dios le dijo: "Tú eres mi Hijo, Yo te he engendrado hoy" (Hebreos 5:5; cf. Salmo 2:7). La herencia de Cristo es todo el universo, todo lo que existe. Hebreos 1:2 dice que el Hijo ha sido constituido "heredero de todo". Ser coheredero con Cristo significa que nosotros, como hijos adoptivos de Dios , compartiremos la herencia de Jesús. Lo que pertenece a Jesús también nos pertenecerá a nosotros. Cristo nos da Su gloria (Juan 17:22), Sus riquezas (2 Corintios 8:9) y todas las cosas (Hebreos 1:2). Somos tan bienvenidos en la familia de Dios como lo es Jesús; somos "aceptados en el Amado" (Efesios 1: 6). Todo lo que pertenece a Jesucristo nos pertenecerá también a nosotros, los coherederos.
"Ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo" (Gálatas 4:7). Piensa en todo lo que eso significa. Todo lo que Dios posee nos pertenece también a nosotros, porque le pertenecemos a Él. Nuestra herencia eterna como coherederos con Cristo es el resultado de la asombrosa gracia de Dios.
La obra musical Annie contiene una maravillosa ilustración de cómo llegar a ser heredero de Dios. Cuando Annie se traslada del orfanato a la mansión Warbucks, supone un cambio increíble para ella. Deja atrás a un cuidador rencoroso y alcohólico y entra en relación con un padre cariñoso. Pasa de no tener posesiones a disponer de una fortuna. La vida difícil se ve superada por el resplandor de un mañana soleado. Visto desde una perspectiva cristiana, Annie ilustra lo que significa ser coheredera de Cristo. "Padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados" (Romanos 8:17).
Efesios 2:13 dice: "en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo". Dios nos tomó a nosotros, pobres huérfanos de este mundo, y nos hizo formar parte de Su familia mediante la fe en Jesucristo. Nos ha colmado de bendiciones y nos ha prometido una herencia eterna, basada en la propia dignidad de Cristo.