Pregunta: "¿Por qué la Ley del Antiguo Testamento prohibía comer carne de cerdo?"
Respuesta:
Muchas de las prohibiciones y exigencias del Antiguo Testamento parecen absurdas en el mundo de hoy. Un ejemplo es la prohibición de comer cerdo (Levítico 11:7). Para la mayoría de la gente, un buen lomo de cerdo servido con manzanas y nueces es una deliciosa comida. Entender el propósito de la Ley Mosaica, en general, y en particular la opinión cultural sobre los cerdos, es esencial para comprender la restricción de la Ley sobre el consumo de carne de cerdo.
La Ley dada a los israelitas tenía una serie de propósitos importantes. El cumplimiento de las acciones establecidas por Dios no tenía que ser un simple ritual, sino que la obediencia a la Ley demostraba una sólida fe en Dios y un temor saludable hacia Él. En Deuteronomio 30 se registran las bendiciones que Dios otorgaría a Israel si lo seguía y las maldiciones que aplicaría si no lo hacía. Estas bendiciones y maldiciones formaban parte del pacto entre Dios e Israel, por lo que la Ley era la base de un pacto condicional. Además, la Ley, que incluía la prohibición de comer carne de cerdo, representaba una señal exclusiva del privilegio que recibió Israel, diferenciándolo de sus vecinos paganos.
Todo el mundo en la época de Moisés era idólatra, pues cada nación creía en muchas divinidades. La prohibición de comer ciertos alimentos, como el cerdo, diferenciaba entre lo que más tarde se conocería como "judío" y "gentil". Las restricciones dietéticas también indicaban que Israel era una nación separada y un pueblo elegido. Decir "no" a comer cerdo y a otras prácticas de los paganos permitió a los israelitas separarse de la idolatría, un pecado contra el que sin duda lucharon (véase Éxodo 32).
Según la Ley del Antiguo Testamento, no sólo se prohibía comer cerdo, sino que incluso tocar la carne de cerdo lo volvía a uno ritualmente impuro (Deuteronomio 14:8). Este detalle alejaba aún más a los israelitas de las prácticas paganas. Los cananeos tenían manadas de cerdos y los sacrificaban a los ídolos. Dios quería que su pueblo se apartara de toda práctica de este tipo.
Luego están las preocupaciones higiénicas relacionadas con las restricciones dietéticas de la Ley, incluyendo la prohibición de comer carne de cerdo. Hoy en día sabemos que la carne de cerdo es portadora de un gran número de enfermedades, y que necesita técnicas de cocción mucho más estrictas que otras carnes, como la de vaca o la de gallina. En la época de Moisés no se conocían los patógenos microscópicos, y lo habitual era comer carne cruda o poco cocinada (Levítico 19:26). Por supuesto, comer carne de cerdo poco cocida podría haber sido una importante amenaza para la salud de los israelitas, pero Dios los protegió de forma providencial a través de la Ley de Moisés. "Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu sanador" (Éxodo 15:26).