Pregunta: "¿Qué es una concubina? ¿Por qué en la Biblia Dios permitió que los hombres tuvieran concubinas?"
Respuesta:
En la Biblia, una concubina es una mujer que vive con un hombre como si fuera una esposa, pero sin tener el mismo estatus que una esposa. Las concubinas en la época patriarcal y posteriores tenían un rango inferior: eran esposas "secundarias". Una concubina no podía casarse con su amo por su condición de esclava, aunque, para ella, la relación era exclusiva y continua. Al principio, parece que las concubinas se utilizaban para dar a luz a los hombres cuyas esposas eran estériles (véase Génesis 16:1-4). Posteriormente, parece que las concubinas se mantenían simplemente por placer sexual (véase 2 Crónicas 11:21). Las concubinas en Israel poseían algunos de los mismos derechos que las esposas legítimas, sin el mismo respeto.
Si bien es cierto que la Biblia no condena explícitamente en ninguna parte el concubinato, se puede encontrar una condena implícita desde el principio de los tiempos. Según Génesis 2:21-24, la intención original de Dios era que el matrimonio fuera entre un hombre y una mujer, y eso nunca ha cambiado (Génesis 1:27). De hecho, un estudio de las vidas de hombres como el rey David y el rey Salomón (que tenían 300 concubinas; 1 Reyes 11:3) revela que muchos de sus problemas se derivaron de las relaciones polígamas (2 Samuel 11:2-4).
La Biblia nunca explica por qué Dios permitió a los hombres tener concubinas. También permitió el divorcio y la poligamia, aunque ninguno de los dos formaba parte de Su plan original para el matrimonio. Jesús dijo que Dios permitió el divorcio debido a la dureza de los corazones de los hombres (Mateo 19:8). Podemos suponer que la misma dureza de corazón llevó a la poligamia y al concubinato.
También podemos suponer una razón basada en la cultura de la época. Las mujeres solteras en la antigüedad eran completamente dependientes de los miembros de su familia, como sus padres, hermanos, etc. Si por alguna razón una mujer no tenía familiares o su marido había muerto o se había divorciado, le quedaban pocas opciones para sobrevivir. La mayoría de las mujeres de la antigüedad no tenían educación ni estaban capacitadas en un oficio. Era muy difícil mantenerse a sí mismas y eran vulnerables para quienes se aprovechaban de ellas. Para muchas mujeres en situación desesperada, convertirse en concubina era una opción mucho más adecuada que la prostitución, el desamparo o la muerte. Por lo menos, una concubina tendría un hogar y recibiría cierta atención.
Parece que Dios permitió el pecado del concubinato, en parte, para proveer a las mujeres necesitadas, aunque ciertamente no era una situación ideal. El pecado nunca es lo ideal. Hay que recordarle a los cristianos que, el hecho de que Dios permita un pecado por un tiempo, no significa que Dios esté contento con él. Muchos relatos bíblicos enseñan que Dios puede tomar lo que algunos quieren para el mal y usarlo para el bien (por ejemplo, Génesis 50:20).
